martes, 27 de junio de 2017

Costos del postconflicto y la reparación de las victimas 2017-2031

                      Por: Juan Carlos Villamizar, PhD[1]




Desde que fue expedida la ley de víctimas 1448 de 2011 y con la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2015, el Gobierno Nacional ha realizado apropiaciones presupuestales con el fin de atender, primero los compromisos adquiridos con las víctimas y luego con la guerrilla en proceso de incorporación a la vida política y civil. Dichas asignaciones de gasto obedecieron desde 2012 al plan establecido en los Conpes 3712 de 2011, Plan de financiación para la sostenibilidad de la ley 1448 de 2011, y 3726 de 2012, Lineamientos, plan de ejecución de metas, presupuesto y mecanismo de seguimiento para el plan nacional de atención y reparación integral a víctimas, así como a las leyes de Presupuesto General de la Nación de 2012 a 2017; desde el año anterior y en lo que va corrido de 2017, el Acuerdo Final de Paz ha tenido como fortalecimiento financiero los rubros de presupuesto existentes desde el pasado en los presupuestos de 2016 y 2017 y,  la ciudadanía está a la espera del Conpes con el Plan de Inversiones previsto en el Acto Legislativo 01 de 2016 (Art. 3). Es decir que no se trata de recursos nuevos como lo ordenó el Acto legislativo 01 de 2016, sino de una reclasificación de cuentas provenientes del pasado. No hay recursos nuevos. Hasta el momento el gobierno ha hecho una estimación en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2017 (MFMP) para el periodo 2017-2031.
A continuación presentamos la descripción de cada punto del acuerdo (secciones 2 a 5) y en la sección 6 incorporamos un comentario sobre la proyección de gasto propuesta en el MFMP para el periodo 2017-2031. Por las cifras observadas para atender a las víctimas entre 2012 y 2017 y las proyecciones (de gasto y fuentes de financiamiento) estimadas hacia adelante, se observa que las acciones de carácter presupuestal siguen siendo tímidas frente a la dimensión y magnitud de la reincorporación de cerca de 10.000 excombatientes de las FARC, la reparación a ocho millones de víctimas y la incorporación a la economía de 167 municipios dentro de 19 departamentos y que forman 16 subregiones de Colombia afectados por lo que fue la guerra interna.
Se debe llamar la atención que sigue faltando el Plan Plurianual de Inversiones ordenado por el Acto Legislativo 01 de 2016, lo que ahora se presenta es un inicio de lo que sería ese Plan.


El Acuerdo Final de Paz contempla en el punto cinco a las víctimas, por lo tanto implica recoger, en uno sólo, los presupuestos para las víctimas y los presupuestos derivados para el post-conflicto. En consecuencia, el Cuadro 1, resume las asignaciones presupuestales realizadas entre 2012 y 2017, tanto para la ley de víctimas como para el acuerdo final.
Lo primero, la estructura del cuadro 1 muestra en el numeral 1, el gasto en víctimas por ley 14478 de 2011 sin Sistema General de Participaciones (SGP), luego en el numeral 2, se observa la misma cuenta más el SGP. Finalmente, está el numeral 3, que hemos llamado “Adicional-post-conflicto”, el cual, sólo reporta datos para 2016 y 2017.

Cuadro 1
Gasto presupuestado en Post-Conflicto, 2012-2017
(Presupuesto definitivo en miles de millones) 

Lo segundo que se observa es que la dinámica del crecimiento de las asignaciones entre 2012 y 2017, tiene como fuente principal al SGP, el cual creció $4.675 mil millones en el periodo, el resto sólo creció $990 mil millones. Eso muestra que, por cuenta de la obligación constitucional para asignar el SGP se cubre la salud y educación de las víctimas, pero que en materia de reparación y asistencia a las mismas los presupuestos se van disminuyendo cada año.
A pesar de lo anterior, se puede apreciar, como el Punto 5, ocupa la mayor parte de las asignaciones para la Asistencia, Atención y Reparación a las víctimas del conflicto con $4.472 mil millones equivalentes a 0,5% del PIB en 2017.
En la Ley de Víctimas entre 2012 y 2015 hubo apropiaciones presupuestales del orden del 0,9% del PIB incluyendo al SGP ($7.105 mil millones en 2015) y sin él de 0,5% del PIB. Con la firma de los Acuerdos de La Habana para 2016 las apropiaciones totales alcanzaron 1,3% del PIB ($11.158 mil millones) y se espera que en 2017, sumada la adición presupuestal, las apropiaciones suban a 1,5% del PIB ($13.923 mil millones). Del anterior total, se descuenta el SGP ($6.868 mil millones) quedando $4.772 mil millones (0,5% del PIB, Punto 5 del cuadro 1) para el cumplimiento de la Ley de Victimas 1448 de 2011 y resto $2.583 mil millones (0,3% del PIB) para los nuevos gastos derivados del Post-conflicto (Numeral 3, Cuadro 1).
Los demás componentes, Reforma Rural Integral, Participación política, Fin del Conflicto y Drogas ilícitas tienen asignaciones de presupuesto que apenas suman todas, 0,1% del PIB. El siguiente componente en importancia a las víctimas es la reforma rural integral cuyas asignaciones en 2016 fueron de $663 mil millones ($414 mil millones más $249 mil millones) y en 2017 de $867 mil millones ($390 mil millones más $477 mil millones).


El reto de la reforma rural establecida en el Acuerdo es el de “adjudicar 3 millones de hectáreas y formalizar 7 millones de hectáreas en un periodo de 12 años” lo que implica “empezar a formalizar 70.000 hectáreas anuales.”[2] Igualmente, está la restitución de tierras a las víctimas que han sido despojadas de su tierra o se vieron forzados a abandonar sus parcelas.

Cuadro 2
Gasto presupuestado en el punto Reforma Rural Integral, 2012-2017
(Presupuesto definitivo en miles de millones) 

En relación con este punto del acuerdo se ha constatado lo siguiente: desde que se implementó la política de atención y asistencia a las víctimas en 2012, el sector agropecuario comenzó a modificar su estructura institucional estatal para atender las nuevas obligaciones, fue así como se creó en 2012 la Unidad de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas, la cual ha tenido asignaciones presupuestales desde los $150 mil millones en 2013 a los $220 mil millones en 2017 (Cuadro 2). Entre 2014 y 2016, la nueva entidad asignada del proceso de restituir la tierra a las víctimas del conflicto armado tuvo una participación del 34% entre las entidades encargadas de la política rural, en 2017 esa participación bajó al 25% con un presupuesto de $220 mil millones de un total de $867 mil millones destinados para toda la política (Cuadro 2). Esa disminución de su participación presupuestal en el sector, tiene que ver, entre otras razones, con la reorganización institucional y con una gestión que está en el límite de su capacidad.
La segunda modificación de relevancia dentro de la política rural, ha sido la liquidación del INCODER en 2015. Las funciones de dicha entidad fueron trasladadas a la Agencia de Desarrollo Rural (ADR)[3] a partir de 2016, con el fin de “gestionar, promover y financiar el desarrollo agropecuario y rural, para la transformación del campo y adelantar programas con impacto regional”. Igualmente, fue creada la Agencia Nacional de Tierras (ANT)[4], con el fin de “ejecutar la política de ordenamiento social de la propiedad rural …, para lo cual deberá gestionar el acceso a la tierra como factor productivo”. Adicionalmente, estas dos entidades tienen nuevas funciones derivadas del decreto 902 del 29 de mayo de 2017.[5]
Al examinar la inversión en el sector por entidades se observa que ha habido un incremento en los montos asignados entre 2012 y 2017, desde $294 mil millones en el primer año a $779 mil millones en 2017 (Cuadro 3). En la presente vigencia la ADR tiene el 35,6% de la inversión, la ANT el 21,3%, la Unidad de Tierras el 22% y el Ministerio de Agricultura el 20%. La primera de estas se encargará del Fondo Nacional de Adecuación de Tierras, administrado primero por el Incoder hasta 2015 y luego por la ADR y para el cual la nueva entidad ha apropiado $101 mil millones y para proyectos integrales de desarrollo agropecuario $97 mil millones. La ANT tiene la mayor parte de los recursos asignados en la formalización y legalización de la propiedad y el ordenamiento social de la propiedad. Es la entidad que tendrá a su cargo el reto más grande de formalizar 7 millones de hectáreas y adjudicar otros 3 millones.
También en los temas de reparación a las víctimas, se observa la asignación de créditos de vivienda rural (en el caso del ministerio de Agricultura) o la restitución de tierras (en la UAE de Restitución de Tierras Despojadas) (Cuadro 3).

Cuadro 3
Gasto presupuestado en inversión rural, 2012-2017
(Presupuesto definitivo en miles de millones) 




Este es el punto que tiene contemplado más recursos, lo cual, resulta natural debido a que se trata de los recursos asignados en el marco de la ley 1448 de 2011. Como se observa en el cuadro 1 (SNARIV – Victimas, L.1448/11), este capítulo tiene incluidos tres de los puntos del acuerdo (Reforma rural, participación política y el acuerdo sobre las víctimas). Es un componente del gasto que presupuestalmente ya tiene una dinámica propia, porque existen unas instituciones (la Unidad de Víctimas, la Unidad de Tierras y el Centro de Memoria Histórica y los proyectos desarrollados por otras entidades como el ICBF o el SENA), unos recursos humanos y financieros, que si bien no llenan todas las expectativas que la dinámica del conflicto demanda, si corresponde a un avance en el tratamiento de las víctimas y del postconflicto. Con la expedición del MFMP de 2017, no es claro cómo será incorporado este punto después de 2021 cuando la ley 1448 de 2011 termine su vigencia. El documento del MFMP es explicitó en dejar por fuera todo lo relativo a la ayuda humanitaria, la indemnización administrativa y la vivienda (éstas dos últimas que son medidas de reparación) asociadas a este punto.
Dicho lo anterior, en este informe si incluimos este punto porque consideramos que la reparación a las víctimas no está separada del Acuerdo de Paz, así éstas últimas medidas hayas iniciado antes de la firma del Acuerdo. Veamos de manera un poco más detallada lo que sucede con el punto sobre víctimas, tal y como está especificado en el cuadro 1 y restando el punto sobre la reforma rural, comentado antes.
Este gasto se puede observar en el cuadro 4, el cual, ha conservado las líneas establecidas desde 2012 y según los documentos Conpes 3712 de 2011 y 3726 de 2012. En total se asignaron, sin SGP, $3.605 mil millones. Es por ello que las participaciones de los componentes son: la atención/ayuda humanitaria (con el 53% en 2017) la indemnización en subsidio de vivienda (13,9%) y la indemnización en efectivo (14,3%), los tres tienen las mayores asignaciones de recursos, en menor proporción se han destinado recursos para el empleo y la generación de ingresos (4,5%) (Cuadro 4).


Cuadro 4
Gasto presupuestado en víctimas sin restitución de tierras, 2012-2017
(Presupuesto definitivo en miles de millones)



En total hay 8.421.627 de víctimas registradas a mayo de 2017 en el Registro Único de Víctimas (RUV), de la cuales, el 78,4% es población sujeto de atención por parte de la Unidad, en diversos programas. En lo que corresponde a la Atención/Ayuda Humanitaria, se trata del otorgamiento de ayudas a la población victima en materia de subsistencia mínima, mediante estipendios monetarios, arriendos, mercados u otras modalidades que, dada la vulnerabilidad de las familias víctimas (principalmente desplazados), les permite la subsistencia y luego la entrada en el modelo de atención y reparación previsto para ellos.
El gobierno espera que “con la implementación del Modelo de Atención a Víctimas, mejore la focalización y priorización de las víctimas por desplazamiento forzado que requieren ser atendidas con ayuda humanitaria. Así mismo, este modelo le ha permitido a la entidad identificar la población víctima que no requiere ayuda humanitaria, es decir que ha superado la subsistencia mínima (alimentación y alojamiento temporal) así como las que han superado la situación de vulnerabilidad”[6]. Aun así, los sujetos de atención siguen siendo u universo que se acerca al 75% del total de las victimas inscritas en el RUV (Cuadro 5).

Cuadro 5
Número de víctimas a mayo de 2017
(Personas y participación %) 


De acuerdo con la evaluación de la CGR, los recursos para atención humanitaria en 2016 ascendieron a $814 mil millones, de los cuales, a las víctimas se les pago directamente $477 mil millones (58%) y el resto quedó en reservas $170 mil millones y en cuentas por pagar $68,2 mil millones. Igualmente, se registró un valor de reintegro de recursos por $10 mil millones. El resto $100 mil millones (12%) corresponde al pago de la operación y funcionamiento de la prestación del servicio de ayuda humanitaria.[7] Se presenta entonces un rezago en la gestión de la Unidad de Víctimas que sólo logra colocar, directamente, cerca del 60% de los recursos asignados inicialmente.


Como se puede apreciar en el cuadro 4, las asignaciones presupuestales en vivienda son la tercera medida con mayores recursos de la política de atención a la población víctima. Desde 2012 a 2017, el Gobierno Nacional ha colocado recursos en promedio por $500 mil millones, con excepción de 2016 en que sólo fue de $150 mil millones.
Tres tipos de problemas enfrenta esta medida de reparación a las víctimas: de un lado, hubo un cambio en el modelo de provisión de viviendas con la expedición de la Ley 1537 de 2012, desde el subsidio familiar de vivienda en dinero como contrapartida entregada por el beneficiario en los proyectos de construcción, a un subsidio en especie en el que el Gobierno entrega la vivienda al beneficiario. Ese cambio, si bien aumentó la calificación para el acceso a la vivienda, no soluciona el rezago por el déficit que trae el modelo anterior; de otro lado, el segundo problema, refiere a la eficiencia en la ejecución de los proyectos.
En vivienda urbana hay mala planeación y mala ejecución, en el modelo antes de 2011, de 222.138 solicitudes en convocatorias para la población desplazada (Cuadro 7), sólo se han terminado 3.118 viviendas en diez años, con el nuevo modelo de 105.515 subsidios del modelo anterior pendientes, se ha dado solución a 53.190 viviendas, mejorando la efectividad, sin embargo, existen criterios de selección de los posibles beneficiarios que hacen que no se sepa la condición de 26.803 familias.

Cuadro 7
Vivienda urbana 2000-2015
(Proyectos de vivienda)

En el caso de la vivienda rural (Cuadro 8), la situación es similar, de 193.598 solicitudes en 16 años, se ha dado solución al 50%. La población desplazada ha solicitado reparación para 40.429 familias (21%), de éstas se han entregado 10.461 viviendas manteniéndose un déficit de 29.968 solicitudes.
En los dos casos referidos, de vivienda urbana como rural, hay deficiencias en la construcción de las viviendas porque están incompletas, con materiales inadecuados, en sitios algunas veces inapropiados, sin terminar y en muchos casos en proyectos abandonados. La última auditoría realizada por la Contraloría General de la República arrojó “54 hallazgos administrativos, de los cuales, cuatro (4) tienen posible alcance disciplinario, seis (6) posible incidencia fiscal y uno (1) para trámite de indagación preliminar o antecedente fiscal”[8]

Cuadro 8
Vivienda rural 2000-2015
(Proyectos de vivienda)

Un tercer tipo de problema, al que se ven enfrentadas las víctimas del conflicto, es a la concepción de la obtención de la vivienda en relación con los proyectos que no son de vivienda gratuita. Se trata del diseño de una política que cambió, el subsidio a la demanda, por el subsidio a la tasa de interés para la calificación en los proyectos de vivienda. En este caso, las condiciones de la calificación las pone el constructor y el beneficiario requiere poseer recursos para acceder a los proyectos, para los que luego, el gobierno asigna el beneficio de la disminución en la tasa de interés. Es una condición que la mayor parte de la población desplazada sencillamente no puede cumplir.


La indemnización administrativa es una medida de reparación a las víctimas del conflicto, que busca reconocer monetariamente los daños causados por el homicidio de los familiares más cercanos, la desaparición forzada, el secuestro, la violencia sexual, el reclutamiento forzado de menores, lesiones con o sin incapacidad permanente y el desplazamiento forzado. Como se puede apreciar en el cuadro 4, en 2017 está previsto el desembolso de $515 mil millones, que si bien es de los valores más altos en el año, respecto de los años anteriores, ha habido una disminución en esta cuenta: en 2012 se asignaron $956 mil millones y entre 2013 y 2016 $600 mil millones en promedio.
La evaluación de la CGR sobre la gestión del Fondo de Reparación en 2016 muestra que, en términos de la efectividad en la asignación de las indemnizaciones, la situación se revela menos optimista. De los $593,9 mil millones destinados para las indemnizaciones, $368,9 mil millones se pagaron a las victimas (62%), $103,6 mil millones quedaron en rezago presupuestal (17,5%), $99,3 mil millones (16,7%) son para la constitución de un encargo fiduciario previsto en la ley 1448 de 2011 para la indemnización de la población menor de 18 años, el resto $21,9 mil millones (3,7%) son para los gastos administrativos del Fondo.
A diciembre de 2016 se reportaron 668.603 víctimas indemnizadas desde 2019 hasta 2016 por un valor total de $4.054 mil millones. En plena vigencia de la ley de víctimas, la mayor parte de las indemnizaciones pagadas (411.243 que equivalen a 63,9%) corresponden a las que han sido reconocidas por el decreto 1290 de 2008, sólo el 34,7% corresponden a la ley 1448 de 2011. Igualmente, se observa un descenso en este tipo de reconocimiento desde 2012 en que fue más alta con 155.140 víctimas reconocidas descendiendo cada año hasta las 87.282 en 2016. Esto quiere decir que la gestión adelantada por la Unidad de Víctimas es lenta lo que conlleva menores asignaciones presupuestales y finalmente el rezago de la política.

Cuadro 6
Indemnización Administrativa 2009-2016
(Personas y Miles de Millones) 

Lo que se puede concluir hecha la evaluación de la asistencia y atención a las víctimas, es que después de seis años de aplicación de la política, los avances son mínimos con respecto a la magnitud de la calamidad de la victimización. Tanto la ayuda humanitaria, la vivienda como la indemnización administrativa presentan porcentajes bajos de cobertura, como de gestión de las entidades encargadas de su ejecución.


Los recursos asignados en los tres puntos restantes del acuerdo (parte 3 del cuadro 1), a partir de 2017, serían los que figuran como los nuevos recursos para el post-conflicto. Se trata de los temas de participación política ($16 mil millones en 2017), fin del conflicto ($208 mil millones en 2017) y las drogas ilícitas ($138 mil millones) en 2017 (Cuadro 7).

Cuadro 9
Participación, fin del conflicto, y drogas ilícitas 2000-2015
(Miles de Millones)

Lo más significativo tiene que ver con los recursos destinados para el fin del conflicto y para la acción sobre las drogas ilícitas. En el primer caso, en 2016 y 2017 fueron asignados recursos para el programa de desmovilizados del Fondo de Programas Especiales para la Paz por $171,6 mil millones y $108,3 mil millones, respectivamente.[9] Es de este Fondo donde se realizó la contratación de la infraestructura necesaria para las zonas y puntos veredales transitorios de normalización, así como de los campamentos de las sedes locales y de seguridad del mecanismo de monitoreo y verificación de la ONU.[10]
En el segundo caso, de las drogas ilícitas el cuadro 9 nos muestra que en la actualidad es la Agencia de Renovación del Territorio la encargada de desarrollar acciones para el “desarrollo económico de familias, comunidades y territorios afectados por la presencia de cultivos de uso ilícito y conflicto armado”, también se incluye el desarrollo institucional como parte de esa gestión del Estado en tales territorios. Para 2017, se tiene prevista la asignación de $126 mil millones para la Agencia (repartidos entre $39.933 mil millones en funcionamiento y $86.369 mil millones en inversión). En 2016, esa función correspondió a la Dirección de Gestión Territorial y con anterioridad a la firma de los acuerdos (2012-2015), a la Unidad Administrativa Especial de Consolidación Territorial.
Con los anteriores recursos, el Gobierno espera desarrollar programas de sustitución de cultivos de uso ilícito, prevenir el consumo  y desarticular las organizaciones criminales comprometidas con la producción y comercialización de narcóticos, tal y como quedó establecido en los Acuerdos de La Habana.[11]
A la fecha el Observatorio de Drogas de Colombia reporta un total de 96.000 hectáreas de coca sembradas (gráfico 1), las cuales, se encuentran principalmente en los municipios de Tumaco, Barbacoas y Olaya Herrera en Nariño (21.586 hectáreas), Puerto Asís, Valle del Guamez, San Miguel y Orito  en Putumayo (14.240 hectáreas), Tibú y el Tarra en Norte de Santander (6.454 hectáreas), todos suman 45.748 hectáreas. También hay presencia de cultivos en Parques Nacionales Naturales (6.214 hectáreas), Resguardos de Pueblos Indígenas (11.837 hectáreas) y Tierras de Comunidades Negras (16.030 hectáreas).

Gráfico 1
Cultivos de coca, 2001-2015
(Hectáreas)


Con la expedición del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) de 2017, el gobierno incluyó el capítulo V, titulado “necesidades de inversión para la implementación del acuerdo de paz y sus fuentes de financiamiento”. Allí se establece un monto de recursos de $129 billones para el periodo 2017 a 2031 que cubriría los cinco puntos del Acuerdo de Paz. La mayor parte de los recursos se concentra en la Reforma Rural Integral, luego está el resto de puntos distribuidos así: drogas ilícitas, participación política, Víctimas (sólo en justicia y verdad) y fin del conflicto (Ver cuadro 10). El MFMP determinó que en lo concerniente a las víctimas no estaría incluida la reparación individual “pues esto corresponde a la ley 1448 de 2011 y es una política de Estado que se viene dando desde su promulgación”(MFMP, p. 228).
Aquí corregimos ese aspecto incluyendo el numeral 6 para el periodo 2017-2021 de vigencia de la ley de víctimas. De manera que, a $129,4 billones agregamos la ley de victimas (sin SGP) y tenemos en promedio $3,9 billones adicionales, para un total de $12,5 billones por año hasta 2021, posteriormente, se retornaría a los $8,6 billones anuales (Cuadro 10). Al final se tendría un requerimiento de $148,9 billones entre 2017 y 2013.

Cuadro 10
Costos totales del Acuerdo de Paz en el MFMP, 2017-2031
(Billones $)

Se trata en realidad de una proyección que todavía genera muchas preguntas. Una de ellas, es ¿cuál es el tratamiento que se dará a las victimas pasado 2021?, ¿habrá una nueva ley? Las proyecciones de indemnizaciones y de asistencia humanitaria indican que aún falta un largo trecho por recorrer y no habría la cobertura suficiente para reparar a  los ocho millones de víctimas en los tiempos establecidos hoy para su atención.
Desde el lado del financiamiento es posible hacer una pequeña reorganización de los datos presentados por el MFMP, 2017: primero, se trata de que los recursos del SGP hacen parte del PGN, subiendo de esa manera la participación de la Nación dentro del total de fuentes presentadas; segundo, derivado del anterior comentario, la Ley de victimas sigue estando financiada por el PGN, cambiando la estructura presentada en el MFMP, por lo menos en el periodo 2017-2021.
Como se aprecia en el cuadro 10, se presentan seis fuentes de recursos posibles para financiar el postconflicto. La más importante de ellas es la del PGN con 76% de participación entre 2017 y 2021 (con Ley de Victimas) y 65,2% entre 2022 y 2031. Las otras fuentes son el Sistema General de Regalías con el 10,5% entre 2017 y 2021, 15% entre 2022 y 2031. Finalmente, concurren en la propuesta de financiación los recursos de las entidades territoriales (2,9% en el primer periodo y 4,2% en el segundo periodo); la cooperación internacional (6,2%) y la inversión privada.

 Cuadro 11
Fuentes de financiamiento, 2017-2013
(Billones $)

De la lista presentada, sólo los recursos de cooperación internacional y la inversión privada, serían recursos nuevos, lo demás son recursos que ya existen en la estructura de gasto de la Nación. De manera que, no resulta claro cómo el gobierno cumplirá con la exigencia del acto legislativo 01 de 2016, de que haya recursos nuevos para el financiamiento del post-conflicto.


Es necesario que el Gobierno Nacional expida el Plan Plurianual de Inversiones contemplado en el artículo 3 del Acto Legislativo 01 de 2016. Lo presentado en el documento del MFMP en 2017 es un avance positivo, pero requiere de mayores precisiones y detalle del gasto en los diferentes componentes derivados del Acuerdo de Paz.
No es conveniente dejar el presupuesto de victimas por fuera del cálculo de las asignaciones presupuestales del Post-conflicto, en el entendido que la reparación a las víctimas y el Acuerdo de Paz tienen una relación estrecha.
Las asignaciones realizadas hasta el momento, tanto para las víctimas como para el post-conflicto, han sido una reclasificación de cuentas en el Presupuesto General de la Nación, pero no atienden a una nueva disponibilidad de recursos, tal y como está establecido en el Acto Legislativo 01 de 2016.



[1] Historiador. Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la Contraloría General de la República, institución para la cual trabaja actualmente.
[2] Ministerio de Agricultura; Ministerio del Interior. (29 de diciembre de 2017). Decreto 902 por el cual se adoptan medidas para facilitar la implementación de la Reforma Rural Integral contemplada en el Acuerdo Final en materia de tierras, especificamente el procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras. Decreto-Ley. Bogotá, D.C.
[3] Ministerio de Agricultura (2015). Decreto 2364 del 7 de diciembre, Por el cual se crea la Agencia de Desarrollo Rural, ADR. Bogotá, D.C.
[4] Ministerio de Agricultura (2015). Decreto 2363 del 7 de diciembre, Por el cual se crea la Agencia Nacional de Tierras, ANT. Bogotá, D.C.
[5] Ministerio de Agricultura; Ministerio del Interior. (29 de mayo de 2017). Decreto Ley, Por el cual se adoptan medidas para facilitar la implementación de la Reforma Rural Integral contemplada en el Acuerdo Final en materia de tierras, específicamente el procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras. Bogotá. 
[6] Contraloria General de la República. (15 de junio de 2017). Informe de Auditoría Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (Vigencia fiscal 2016). Bogotá, D.C.
[7] Contraloria General de la República. (15 de junio de 2017). Informe de Auditoría Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (Vigencia fiscal 2016). Bogotá, D.C.
[8] Contraloría General de la República (2017). Informe actuación especial intersectorial. Vivienda para población víctima del conflicto armado en Colombia (2015-9493-83111-AE). CDSA No. 00812. Mayo de 2017. Los hallazgos refieren a ejecución y calidad de obras de urbanismo, abandono de las obras, proyectos declarados en incumplimiento, pólizas vencidas, deficiencias en la ejecución y terminación de obras y desembolsos y avances de obra (p. 26).
[9] El Fondo de Programas Especiales para la Paz fue creado por la Ley 368 de 1997 para la “financiación de programas de paz encaminadas a fomentar la reincorporación a la vida civil de los grupos alzados en armas, que demuestren su voluntad de incorporarse a la vida civil mediante su desmovilización y la dejación de armas”
[10] http://wp.presidencia.gov.co/sitios/dapre/fondopaz/Paginas/Invitaciones-publicas.aspx
[11] Observatorio de Drogas de Colombia. (Noviembre de 2016). Reporte de drogas de Colombia. Bogotá, D.C: Ministerio de Justicia y del Derecho, p. 58.

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