Antonio García Nossa |
“[...] era un socialista
doctrinario y paradójicamente también un romántico. [...] qué placer daba
escuchar sus exposiciones, dichas con ese acento tan propio suyo [...] No se
contentó con estudiar nuestros problemas sino que extendió su investigación al
más amplio campo de América Latina. [...] Detrás del conocimiento adquirido por
el investigador, [había] un amor sincero por el pueblo, sobre todo por la clase
campesina. Sus estudios sobre el problema agrario tienen un alto valor. Fue
severo al juzgar el resultado de las reformas emprendidas, justificadamente
severo, pienso yo. [...] Expuso su concepción socialista, estudió las características
del capitalismo latinoamericano y el fenómeno de la dependencia”.[3]
Luis Eduardo Nieto Arteta - Fondo Nieto Arteta |
“En Colombia, los más grandes
talentos se malogran por falta de una férrea voluntad. Ello puede explicarse
por especiales condiciones históricas. En efecto, en nuestra nación, el talento
y la cultura, cuando residen ampliamente en una persona, se encuentran
desamparados, sin apoyo social, en medio de una tremenda soledad. Todos los
auténticos intelectuales son en Colombia hombres solitarios, entregados
forzosamente a sí mismos, sin vinculaciones con la sociedad, haciendo intensos
estudios para ellos solos. Tal es el signo trágico de la exigencia del
intelectual en Colombia. Carta de Luis E. Nieto Arteta a Jaime Tobón Obregón,
Bogotá, agosto 1941.”[4]
1
Introducción [1]
En este 2012, se cumplen cien años del nacimiento y
treinta de la muerte de Antonio García Nossa, promotor y fundador de las
ciencias económicas en Colombia y cuya obra además ha tenido un efecto sobre la
historia económica, en particular en el campo agrario. Mi interés se centra en
posicionarlo como un intelectual que entre las décadas del treinta y setenta
del siglo XX desarrolló una actividad intelectual que representa en muy buen
grado, las tensiones y los intereses que el Estado y la sociedad colombiana
privilegiaron en el campo de la cultura, entendida en el más amplio espectro de
sus manifestaciones. Con el fin de observar con mayor claridad la especificidad
y particularidad como los rasgos comunes de algunas de las actuaciones de
Antonio García he tomado, como punto de comparación, a otro intelectual que
compartió los mismos espacios como la academia, la política, el extenso mundo
latinoamericano y se aventuró, igualmente, a ofrecer como García, una
interpretación de la historia económica de Colombia, se trata de Luis Eduardo
Nieto Arteta.[5]
Si bien es de interés el
estudio de un individuo, el tipo de historia que buscó posicionar es aquella
que informa por los grandes procesos, las estructuras, las leyes que explican
el comportamiento de la sociedad en una época dada.[6] Al
ocuparme de los dos individuos citados no buscó hacer consideraciones acerca de
dos héroes, aunque lo parezcan, sino establecer en el tiempo en que vivieron cómo
sus vidas estaban marcadas por lo que aquí llamaré la comunidad política[7] por
oposición a una comunidad epistémica[8] en lo
que a mediados del siglo XX era el incipiente campo de la historia económica.[9] Otro
enfoque teórico que orienta esta disertación es el referido a la literatura
acerca de los intelectuales, sus características, su comportamiento y su papel
en la sociedad.[10]
Mostraré entonces, como Antonio García Nossa y Luis E. Nieto Arteta quedaron
atrapados en un mundo conservador, clerical y reaccionario y fue sólo su
entereza personal y la obra que produjeron la que los sacó a flote para que
hoy, al comenzar el siglo XXI, nos ocupemos de ellos. Es conveniente señalar,
que en el mundo de las letras colombianas, en particular de las ciencias
sociales, ha habido interés por estudiar a los personajes, en el caso de
Antonio García su nombre ya aparece entre los cuarenta pensadores seleccionados
en la colección en dos tomos titulada Pensamiento
Colombiano del Siglo XX (2007 y 2008),[11] por su
parte, Luis E. Nieto fue objeto de una pequeña pero estimulante biografía de
Gonzalo Cataño (2002),[12] de la
publicación de una selección de obras por parte de la Cámara de Representantes
(1983)[13] y la
Universidad Externado realizó una colección de cuatro ensayos y una
bibliografía en Ensayos sobre el
pensamiento económico de Luis E. Nieto Arteta (2003).[14] Me propongo
ofrecer una interpretación adicional que desde la historia nos permita
comprender el pasado de dichos personajes a través de algunos acontecimientos
que marcaron sus vidas y que hoy nos revelan el curso de la historia de las
ideas de nuestra propia historia económica, política y social.
2
El periodo vivido
Nacidos casi el mismo año,
Antonio García en 1912 y Luis E. Nieto en 1913, ingresaron a los dieciocho años
al centro de formación de las élites colombianas en la primera mitad del siglo
XX, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional en
Bogotá, coincidiendo con el inicio del periodo liberal en el gobierno, luego de
cuarenta años de dominio conservador. La vida de estos dos personajes plantea
interacciones entre el campo de la cultura y el poder político, por lo que es
de utilidad el examen de su relación. El campo de la cultura plantea jerarquías
y relaciones de poder en las cuales se ponen a prueba diferentes tipos de
acumulación de capital: cultural, simbólico, económico, político. Para el caso
colombiano, el estudio de Miguel Ángel Urrego, Intelectuales, Estado y Nación en Colombia,[15] muestra
la formación del campo cultural en el siglo XX y encuentra que,
[…] la formación del campo cultural está determinada por una particular
marginalidad con respecto al mundo capitalista. No sólo la inserción en el
mercado mundial y el acceso de capitales fue pobre a comienzos del siglo XX,
también, en el terreno de las ideas existieron limitaciones en la recepción de
las corrientes más avanzadas del pensamiento universal. […] La Iglesia y el
partido conservador se empecinaron en señalar que el liberalismo, además de ser
un pecado, era una escuela de pensamiento extraña a nuestra realidad. Este
juicio ha sido repetido, […] para oponerse a la circulación del marxismo y a
otras corrientes críticas.[16]
Urrego divide el siglo XX
en cinco grandes periodos: la hegemonía conservadora (1890-1930), la república
liberal (1930-1946), los intelectuales bajo la violencia (1946-1962), el
surgimiento del campo intelectual (1962-1982), y finalmente el periodo de la
reintegración de los intelectuales al Estado (1982-1991). Antonio García y
Nieto Arteta tuvieron una presencia con su obra (aunque no en su presencia como personas), en los tres
periodos que van de 1930 a 1982. Coincide también con el tránsito de las
disputas por el poder entre liberales y conservadores hasta el 13 de junio de
1953, luego el interludio del régimen militar hasta el 10 de mayo de 1957, y
posteriormente el periodo del Frente Nacional hasta 1974.
3
Similitudes
Los dos personajes de los
que nos ocupamos aquí, presentan varias características similares que es
preciso destacar: su formación como abogados, su participación en las
principales publicaciones de divulgación económica y jurídica de la primera
mitad del siglo XX y la más importante, forjadores de los campos de
conocimiento de la economía y de la historia económica.
Su formación como abogados
se corresponde con el final de los gobiernos conservadores y el inicio de la
república liberal en los años treinta. Se trata de un período de cambio de la
defensa de los ideales hispánicos, conservadores y católicos y que tuvieron su
expresión intelectual en los gramáticos conservadores Miguel Antonio Caro,
Rufino José Cuervo, José Manuel Marroquín, Marco Fidel Suarez. De acuerdo con
Malcolm Deas, la preocupación por el idioma “… radicaba en que la lengua
permitía la conexión con el pasado español, lo que definía la clase de
república que estos humanistas querían.”[17] Con el
ascenso de los liberales al poder, esta concepción lentamente cambió hacia una
profesión como el derecho, una profesión para el ejercicio del poder pero
también para el desarrollo de otras profesiones liberales como la economía y la
filosofía. Ambos ingresaron a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la
Universidad Nacional, García en 1930 y Nieto en 1931 y aunque el primero se fue
a terminar sus estudios en la Universidad del Cauca, regresó en 1938 a la
Universidad Nacional en Bogotá. De dicha Facultad salieron buena parte de los
cuadros dirigentes de los partidos y las diferentes instancias del Estado en la
primera mitad del siglo XX. Se trataba de una cantera de profesionales y
políticos que sólo era disputada por algunos centros regionales como la Escuela
de Minas y la Universidad de Antioquia en Medellín.[18]
Antonio García y Luis E.
Nieto fueron también animadores de tres publicaciones que permiten observar
cómo se distanciaron de la formación en el campo del derecho e incursionaron,
novedosamente, en las ciencias económicas y la historia económica, cuando
todavía esos dos conocimientos se reducían a la hacienda pública y el derecho
mercantil la primera y a la historia patriótica. La primera de esas
publicaciones fue la Revista Jurídica
que entre 1908 y 1938 fue una publicación de la Sociedad Jurídica, una organización de estudiantes de la facultad.[19] En ella
participó Luis E. Nieto donde mostró su capacidad para entender el Marxismo[20] e introdujo
una discusión acerca de Marx y Spengler.[21] Después
desde 1943 pasó a ser una publicación dirigida por la Facultad de derecho y la
Sociedad Jurídica, en cuya primera dirección colectiva por parte de los
profesores fue representada por Antonio García. En ese primer número de la
segunda época, García presentó un artículo acerca de la necesidad de la
integración económica latinoamericana[22] y
publicó un texto del que ya era profesor Luis E. Nieto, acerca de la moneda
como un instrumento económico de poder adquisitivo estable.[23]
Igualmente se presentó una reseña de un libro publicado por Nieto en Argentina,
Lógica, fenomenología y formalismo
jurídico, en la cual, dice el reseñista:
"Creemos que este libro es casi totalmente desconocido en Colombia, pero
este hecho, tan común en nuestro país, no resta valor a la obra del doctor
Nieto, tal vez la mejor lograda y la más adecuada en la ya abundante producción
del joven profesor."[24]
Luego vinieron dos
publicaciones de carácter económico, una
El Mes Financiero y
Económico
(EMFE), que circuló entre 1937 y 1948,
dirigida por el congresista y antiguo Contralor General de la República Plinio
Mendoza; otra, El
Mes Financiero. Revista Colombiana de Economía y Finanzas (RCEF), circuló
entre 1951 y 1958, dirigida por el abogado y Representante a la Cámara Argemiro
Martínez. Éstas publicaciones ofrecieron pequeñas reseñas biográficas de sus
colaboradores, en las cuales, se exaltaba su ejercicio profesional en el campo
de la economía, y se dieron a sí mismas, a la tarea de otorgar a tales autores
o personajes públicos, el título de “economistas”.
Articulo de Nieto en el Mes Financiero - Foto: Juan Carlos Villamizar |
La
primera, había nacido al
abrigo de las reformas económicas liberales de los años treinta del siglo
pasado, sus miembros, eran una comunidad
política y de negocios que intentaba comunicar los asuntos económicos, a
los que ahora, en medio de una economía más compleja, se veían enfrentados. Así, en 1945, ellos definieron que quien ejercía “la profesión de economista”, adquiría un rango especial, como lo habían sido
los abogados o los militares y sacerdotes en el siglo XIX. Era una preocupación
por posicionar el conocimiento que requería la creciente industrialización del
país. El grupo seleccionado estaba compuesto por trece abogados, tres
economistas, dos ingenieros civiles, un médico y un financista. El principal
centro de formación era la Universidad Nacional, dos acreditaban estudios en
los Estados Unidos, uno en Moscú, otro en la Universidad de Chile, y los demás,
de las universidades del Cauca, Externado y Libre.
Estas características de formación no eran las
principales y más destacadas por el editor. La
sociedad colombiana de la primera mitad del siglo XX, había estructurado la
sociedad alrededor de los partidos políticos, es decir, la estructura del
campo, en términos del nuevo conocimiento que está naciendo –el económico-, se
revela por la posición de poder, en este caso, de poder político. Los seleccionados fueron: el Presidente de la
República Alfonso López Pumarejo,[25]
los Contralores Generales de la República Alfonso Palacio Rudas,[26]
y Carlos Lleras Restrepo, que estuvo como editorialista de la revista la mayor
parte del tiempo,[27]
tres representantes ante la Junta Directiva del Banco de la República,[28]
tres miembros de la Junta de Defensa Económica Nacional,[29]
dos profesores de economía,[30]el
candidato a la presidencia Mariano Ospina Pérez, el Ministro de Hacienda
Francisco de Paula Pérez,[31]
el exministro Esteban Jaramillo, [32]
un alto funcionario Jefe del Departamento de Comercio del Ministerio de
Relaciones Exteriores que había publicado la historia del dinero en Colombia,[33]
Alejandro López,[34]
Luis López de Mesa[35]
y Antonio García.[36]
Sólo faltaba Nieto, que escribió para la revista
ocho artículos entre 1940 y 1945, no sería destacado por sus capacidades
intelectuales; era claro el perfil de comunidad política, pero no de comunidad
epistémica, es decir, un grupo que plantea problemas, ofrece soluciones y
debate alrededor de un campo del saber, en este caso, la economía.[37]
En
los cincuenta, la segunda publicación, RCEF,
mantendría el espíritu de la anterior. El Comité editorial estaba conformado
por Miguel López hermano del exPresidente Alfonso López, el exMinistro de Hacienda Francisco de Paula
Pérez, el diplomático Abel Botero, el delegado permanente ante las Naciones
Unidas Eliseo Arango, el Representante a la Cámara Augusto Espinosa y el
exRector de la Universidad Nacional Gerardo Molina.
El
consejo editorial estaba compuesto, de nuevo, por miembros de la comunidad política, pero que, para
la sociedad de entonces, y en particular para su director, eran “intelectuales
del mayor prestigio en los temas de la economía y las finanzas […] ampliamente
conocidos del país por su larga trayectoria en posiciones administrativas,
parlamentarias y diplomáticas.”[38] La publicación estaba dirigida a industriales,
comerciantes, banqueros, hombres de negocios, -como había ocurrido con la
revista liberal de los cuarenta- por lo tanto, durante sus nueve años de
existencia, hicieron intentos por mantener informados a sus lectores de la
situación económica de Colombia y del mundo. Será, en esta publicación en la
que Nieto publicó uno de sus últimos artículos teóricos: Actualidad
latinoamericana de Federico List.[39]
La participación de García
y Nieto en las tres publicaciones revela unos rasgos que son característicos de
los intelectuales, uno de ellos fue ser autónomos frente a la sociedad en que
viven. En un mundo de abogados, optaron por dedicarse al estudio y difusión de
las ciencias económicas, más allá del carácter hacendístico que se fomentaba en
los círculos universitarios de la época. Su ímpetu es sólo equiparable a la
labor intelectual adelantada por Alejandro López (1876-1940).[40]
Otro rasgo de su autonomía
se vio reflejado en su alejamiento consciente de los partidos políticos
liberal, conservador y comunista, por el contrario, pusieron sus intereses en
la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria (UNIR) el movimiento de Jorge
Eliecer Gaitán en 1933, pero pronto sus ilusiones se desvanecieron y unos meses
más tarde en 1934, se retiró con un grupo de militantes jóvenes que luego
formaron el Grupo Marxista (que duró hasta 1935).[41] Por su
parte, Antonio García, más activo en política que Nieto, fundó en 1943 la Liga
de Acción Política (LAP) y después de 1951 el Movimiento Socialista Colombiano
(MSC), pero sus coqueteos con la política no pararon allí y se mantuvo siempre
activo al lado de Jorge Eliecer Gaitán y después de Gustavo Rojas Pinilla,
ambos representantes de rupturas con el establecimiento político
liberal-conservador.
La tercera característica
de mayor trascendencia es haber sido los animadores y forjadores de dos campos
del conocimiento en Colombia: la economía y la historia económica. Además de la
participación en las publicaciones mencionadas con artículos referidos a la
economía, ambos y por distintos caminos, decidieron hacer grandes síntesis de
la historia económica colombiana. El primero fue Luis E. Nieto que en 1942
publicó Economía y cultura en la historia
de Colombia, la cual, fue publicada por segunda vez en 1962 y de allí en
adelante fueron editadas siete ediciones más, para un total de nueve hasta
1996. Igualmente en 1947, redactó un ensayo para el Fondo de Cultura Económica
de México, El café en la sociedad
colombiana, publicado luego en 1958 y hasta 1997 llegó a las once
ediciones. En lo que respecta a Antonio García en 1948 publicó Bases de economía contemporánea, en 1984
hubo una segunda edición, ésta es una obra en la que estableció buena parte de
las bases de su pensamiento y que tendría muchos desarrollos en las demás obras
que escribió, entre otras, La estructura del atraso en América Latina (1969,
1972, 1978, 2006) y La Sociología de la
reforma agraria en América Latina (1973). Lo que me interesa destacar con
estas publicaciones es que fueron el producto de una necesidad de entender el
pasado nuestro desde la independencia, ya no a través de la narración de los
acontecimientos políticos, ni los grandes héroes, ni las batallas, sino mediante
el uso del enfoque marxista y el método del materialismo histórico, algo
inédito para los años cuarenta (más riguroso en Nieto que en García). Antonio
García además fundó el Instituto de Ciencias Económicas anexo a la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional en 1945 y creo la revista Cuadernos de Orientación Económica, de
la cual, se conocieron tres números.
Una cuarta característica
común en estos intelectuales, fue la de haber sido extranjeros en el medio
colombiano. Para ambos América Latina era su mundo, tenían una conciencia plena
de pertenecer, no como sus antecesores gramáticos, al mundo hispánico, sino al
mundo del atraso, de la periferia y el subdesarrollo. Coincidieron en sus
apreciaciones acerca de la necesidad de romper con la idea que el comercio
internacional debía realizarse en igualdad de condiciones entre los países
industrializados y los países agrarios como el nuestro. Nieto expresó estas
ideas con ocasión de una publicación realizada en la cancillería con el
propósito de formular medidas prácticas para afrontar la segunda Guerra Mundial
y García en la obra Bases de economía contemporánea, formuló su teoría de la
economía de la defensa de los países débiles mediante un pacto de cooperación
de los países de América Latina.
Luis E. Nieto, en su
trabajo en la cancillería le permitió entrar en contacto directo con
intelectuales en México y Argentina, además de conocer el mundo intelectual de
España en tiempos de la República Española, Brasil y ser parte del equipo
colombiano en la Conferencia de Breton Woods. Entró en contacto con el
Sociólogo español, José Medina Echavarria traductor de la primera versión al
castellano del Economía y Sociedad de
Max Weber al quien, con Gerardo Molina, invitaron a la Universidad Nacional en
1947. Igualmente el Fondo de Cultura Económica le abrió las puertas y no sólo
publicó tres artículos en El Trimestre
Económico (1943, 1944 y 1948),[42] sino
también Daniel Cosio Villegas le pidió una historia económica de Colombia, cuyo
único avance fue el libro del Café.
Algo parecido podemos decir
de Antonio García, que después de abandonar Colombia el 10 de mayo de 1957,
permaneció durante los siguiente trece años hasta 1970, en asesorías en varios
países del continente latinoamericano. Pero a diferencia de Nieto, García logró
presencia editorial en varios países del continente, al punto que la mayor
parte de sus publicaciones son de países diferentes a Colombia.
[1] Ponencia
presentada al evento: Memoria histórica FCE 60 años. Homenaje a Antonio García
Nossa. Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia –
24 de mayo de 2012 – Salón 310. El autor desea agradecer a Beethoven Herrera y
al comité organizador de la Facultad por invitarme a participar del evento.
[2] Doctor
en Historia y economista de la Universidad Nacional de Colombia. Administrador
Público de la Escuela Superior de Administración Pública.
[3] Carlos
Lleras Restrepo, “Antonio García Nossa”. Notas editoriales. Nueva Frontera. Mayo 10-16, No. 381,
Bogotá, 1982.
[4] Citado
por Gonzalo Cataño, Luis Eduardo
Nieto Arteta: esbozo intelectual. 67 Temas de derecho público. Bogotá, D.C:
Universidad Externado de Colombia-Instituto de Estudios Constitucionales Carlos
Restrepo Piedrahita, 2002.
[17] Deas, Malcolm. "Miguel Antonio Caro y
amigos: gramática y poder en Colombia." En Del poder y la gramática y
otros ensayos sobre historia, política y literatura colombianas, 27-62.
Bogotá, D.C: Taurus, 2006.
[18] Para
una revisión de la Facultad de derecho en Bogotá entre 1867 y 2000 ver: Villamil Ardila, Carol. Aproximación
histórica a la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, D.C: UNIBIBLOS, 2001.
[19] Jaramillo, Luis Felipe. "Fundación de
la Sociedad Jurídica." Revista Jurídica XIX, no. 198 y 199 (1927,
Abr - May): 4. La Sociedad Jurídica de la Universidad Nacional fue fundada como
corporación científica el 4 de julio de 1908 por un grupo de estudiantes de la
Facultad Nacional de Derecho: "Joaquin Guell, Tulio Enrique Tascón,
Federico Puertas J., Jorge González García, José Hipólito Andrade, José
Salcedo, José Antonio Vargas Torres, Liborio Escallón, Salvador Iglesias, Manuel
Higuera, Ricardo Serna, Teodomiro Calderon D., y Remigio González G."(p.
120). El 4 de septiembre la Sociedad creó su órgano de difusión la Revista
Jurídica bajo la dirección de Joaquín Guell. Entre sus fines está
"estrechar los vínculos entre los alumnos de la Facultad, desarrollar los
hábitos de estudio y difundir las nociones de justicia y del derecho"(p.
121). Cada semana tiene sesiones en las cuales se leen trabajos. Tiene entre
sus socios honorarios a miembros de Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
España, Estados Unidos, Inglaterra, México, Uruguay y Venezuela.
[20] Nieto,
Luis E. "El debate promovido por la Sociedad Jurídica. La visita de los
estudiantes chilenos." Revista
Jurídica XXV, no. 227 y 228 (1933, Marzo-Abril): 73-79. Se trató de un debate
producido con estudiantes chilenos que visitaron la ciudad de Bogotá, donde
éstos hicieron una crítica de la teoría económica marxista y tres colombianos
hicieron la defensa de la misma, entre ellos Luis Eduardo Nieto Arteta. Explicó
éste último que "en el sistema marxista todo reconoce motivos, todo se
explica por razones y causas."(p. 75).
Explica la naturaleza del capital como toda riqueza en función
productiva. Destaca que la distinción entre productividad y rentabilidad fue
primero formulada por Durhing. Igualmente Nieto precisa el carácter histórico
del capital como un sistema con sus propias leyes. Continúa su exposición,
explicando el papel de los salarios y la composición orgánica del capital en el
avance del capitalismo. Explica además, que la concentración del capital no
puede ir acompañada de una división del capital como en la estructura de la
propiedad accionaria. Nieto recurre al método dialéctico para señalar que
"el capitalismo crea las condiciones objetivas que hacen inminente su desaparición"
(p. 77). Pero aclara, "hay que advertir que las relaciones de producción
no desaparecen, mientras en su seno las fuerzas de producción, no hayan
alcanzado el desarrollo que ellas les permitan, sin destruirse a sí
mismas."(p. 77).
[21] Nieto, Luis E. "Marx y Spengler." Revista
Jurídica XXVI, no. 234 (1934, Agosto): 37-44.
[22] García, Antonio. "América Latina y la
buena vecindad." Revista Jurídica, no. 2 (1943 segunda época,
Noviembre): 200-214.
[23] Nieto, Luis E. "Una moneda de poder
adquisitivo estale." Revista Jurídica no. 1 (1943, Octubre): 34-48.
[24] Editores. "Reseña: Lógica,
fenomenología y formalismo jurídico por Luis Eduardo Nieto Arteta." Revista
Jurídica no. 1 (1943, Octubre): 112-113.
[25] EMFE,
Vol. IX, No.84, enero 1945.
[26] Alfonso Palacio Rudas había colaborado con
algunos artículos en la revista: La
minería en el Tolima (V.I, No.6, octubre 1937); El control de los cambios (V.II, No.23, Marzo 1939); Lo que nos enseño la crisis (V.III,
No.31, noviembre 1939). EMFE, Vol. X,
No.96, p.1-3. Fueron incluidos tres breves ensayos del biografiado, La
estabilización de las monedas, En torno a los controles, Una
revolución fiscal.
[27] Guillen, Fernando. "Breve biografía de
Carlos Lleras Retrepo." EMFE. Vol. IX, no. 93 (1945): 5-11,
p. 7).
[28] Esteban Jaramillo (1945), José Arturo
Andrade (1945) y Moisés Prieto
[29] Antonio García, Jesús Marulanda, Luis López
de Mesa.
[30] Eliseo
Arango y Gonzalo Restrepo Jaramillo
[31] EMFE,
Vol. IX, No.95, diciembre 1945, p. 7.
[32] EMFE, Vol. IX, No. 92, p. 1.
[33] Guillermo
Torres García. EMFE, Vol. IX, No.
86, p. 83-84.
[34] EMFE,
Vol. IX, No.91, p. 3.
[35] EMFE, Vol. XI, No. 97, 1946, p. 26-29.
[36] EMFE. Vol. IX, no. 85; EMFE, Vol.
X, 1946, No.99
[37] Para la
definición de comunidad epistémica: Haas, Peter. "Introduction: Epistemic Communities and
International Policy Coordination." International Organization
Foundation 46, no. 1 (1992, Winter): 1-35. http://www.jstor.org/stable/2706951.
[38] Martínez, Argemiro. "Comité
Editorial." RCEF. 3, no. 18 (1953
jun.): 4.
[39] Nieto
Arteta, Luis Eduardo. 1953 ago. Actualidad latinoamericana de Federico List. RCEF.
III, no. 19: 53-56.
[40] La
mejor biografía de Alejandro López es la de Alberto Mayor, Técnica y Utopía.
Biografía intelectual y política de Alejandro López, 1876-1940. Medellín:
Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2001.
[41] Gonzalo Cataño, Op. Cít.
[42] "El régimen de compensación y el
comercio americano." El Trimestre Económico. IX, no. 4 (1943):
560-590.; "Los valores, los precios y la masa monetaria." El
Trimestre Económico. XI, no. 1 (1944): 26-51. "La cooperación
económica interamericana." El Trimestre Económico. XIV, no. 4
(1948): 516-533.
No hay comentarios:
Publicar un comentario