jueves, 1 de septiembre de 2022

Mario Arrubla, visiones de un intelectual comprometido

El Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, su último número está dedicado al intelectual Mario Arrubla (1936-2020). Este Dossier dirigido por la Doctora en ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires, Sandra Jaramillo Restrepo trae un conjunto de ensayos que muestran distintas visiones acerca de la vida intelectual de Mario Arrubla: la política, la literatura, la economía y la edición de libros y revistas. Se trata de un aporte importante a la historiografía económica, política y cultural, que se une a los estudios de intelectuales como Alejando López, Antonio García, Luis Eduardo Nieto Arteta, Luis Ospina Vásquez, Jesús Antonio Bejarano, en el campo de la economía, pero también de intelectuales como Estanislao Zuleta, compañero de viaje de Arrubla. Invitamos a nuestros lectores a disfrutar de este número bellamente ilustrado y cuidadosamente elaborado. 
 Ver: https://publicaciones.banrepcultural.org/index.php/boletin_cultural

sábado, 6 de agosto de 2022

Colombia, por la senda hacia el populismo

https://www.polodemocratico.net/anuncio-jefe-de-debate-campana-petro-presidente/


Por: Juan Carlos Villamizar[1]                                                                   

El 7 de agosto de 2022 se posesiona el primer presidente popular en toda la historia de Colombia. Es un hecho que marca la derrota de las élites y el triunfo del pueblo. Por primera vez, las elites estarán en una posición de espectadores, algunos, rápidamente ya se han filtrado al nuevo gobierno para salir en la foto, otros en cambio, estarán desconcertados viendo desde sus casas, o, tal vez indiferentes, se irán a jugar golf, o se darán un paseo en sus caballos de paso, o en sus aviones privados, no faltará el que ya hizo sus maletas para ir una de sus propiedades en el exterior. El miedo al pueblo ha sido uno de los sentimientos que las elites colombianas siempre han albergado. Desde el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, pasando por el acuerdo del Frente Nacional en 1958, el robo de las elecciones de Gustavo Rojas Pinilla el 19 de abril de 1970, las elites políticas colombianas han preferido la violencia como práctica política antes que ceder a los privilegios que ellos han conseguido por su monopolio en el ejercicio del poder. Esta vez, por sus errores, su falta de generosidad, su violencia, su falta de criterio para visualizar una sociedad más abierta, moderna, competitiva y en paz, y, por otro lado, la fuerza de la unión de los excluidos, no accederan al poder.

Los elegidos Gustavo Petro y Francia Márquez recibieron el beneplácito de los colombianos azotados por la violencia, desplazados, expoliados, empobrecidos: se trata de campesinos, indígenas, afrocolombianos, jóvenes maltratados y asesinados, madres sin sus hijos, sectores urbanos olvidados y abandonados a la suerte del neoliberalismo. Todos, inconformes con el sistema político fundado por Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, los principales creadores de la Constitución autoritaria de 1886. Un régimen celosamente cuidado por las familias de expresidentes Ospina, Lleras, Pastrana, un sistema político que no ahorró esfuerzos por extremar el ejercicio de la política, con políticos como Laureano Gómez y Álvaro Uribe, y ahí por el medio Turbay Ayala.

Alfonso López Michelsen aceleró un proyecto de reformas ante el temor que generaba el gobierno de Lázaro Cárdenas en México. Este último, con su entrega masiva de tierras, la nacionalización del petróleo y el establecimiento de un régimen laboral estable puso a México en la ruta de ser un país moderno. Mediante el control de la prensa y la radio, las elites colombianas se cuidaron de que los ciudadanos no se enteraran de manera directa de lo que sucedió luego con los gobiernos de Getulio Vargas en Brasil y de Juan Domingo Perón en Argentina durante los años cuarenta y cincuenta, los cuales realizaron reformas similares a las de México. Luego durante el fatídico interregno del Frente Nacional (1958-1974) las estrategias mediáticas en contra la candidatura popular de Gustavo Rojas Pinilla, fueron muy variadas. Ya en el siglo XXI, el gobierno de derecha de Álvaro Uribe con su política antiterrorista creó un ambiente que alejó a los colombianos de gobiernos como los de Hugo Chávez en Venezuela, Luis Inacio Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Nestor Kirschner en Argentina, Michele Bachelet en Chile, todos ellos, gobiernos populares, neo-populistas.

¿Llegó el populismo al poder en Colombia? Antes de responder, entendamos que el populismo es ese proceso de cambio entre un viejo régimen excluyente y opresivo por uno en que el pueblo es el protagonista, lo cual, conlleva un fuerte proceso de democratización del poder y de la riqueza. El populismo puede transitar por caminos muy diversos, hacia la revolución, hacia la derecha, hacia la izquierda, el camino que transite depende de la configuración política en que surja ese movimiento de cambio. El populismo ruso del siglo XIX condujo a la gran revolución rusa de 1917, el populismo brasileño de Vargas forjó un proyecto de izquierda y que tendrá sus reflejos en el gobierno de Lula, el populismo argentino de Perón fue conducido como un proyecto conservador-nacionalista. En los desarrollos del siglo XXI los populistas latinoamericanos han coincidido con proyectos de izquierda, en tanto, eran una respuesta a los proyectos neoliberales y autoritarios de derecha.

Lo primero que se constata es que la conformación del Pacto Histórico se realizó con partidos y movimientos políticos de base popular, sólo como ejemplo, se encuentra la Unión Patriótica, un partido surgido del primer acuerdo de paz entre las extintas FARC y las elites en 1984. Luego de perder cerca de 5000 militantes de forma violenta, resurge producto del último acuerdo de paz. Segundo, otra forma de constatar el sentido popular del Pacto Histórico es que sus mayores electores se encuentran en los municipios y departamentos más azotados por la violencia de los últimos treinta años: toda la zona del pacífico, la Costa Atlántica, el sur amazónico, la Orinoquia, los jóvenes y la población pobre de las principales ciudades capitales de Colombia. Tercero, el Pacto Histórico es la confluencia de múltiples sectores: indígenas que nunca habían gobernado desde que los conquistadores españoles les arrebataron su poder; campesinos sin tierra, despojada de forma violenta; afrodescendientes ignorados y violentados por cerca de cuatrocientos años; las madres que perdieron sus hijos y esposos en la guerra; las mujeres que hoy luchan por la igualdad y el reconocimiento; las personas con nuevas identidades LGTB+. Cuarto, las demandas de tales sectores son múltiples, empezando por la paz, la igualdad de derechos, la lucha por la disminución de la inequidad, y la demanda más urgente en el corto plazo, un ingreso mínimo vital para superar de forma rápida y decidida el hambre.

La configuración del populismo se completa con la existencia del líder, en este caso, dos, Gustavo Petro y Francia Márquez, una dupla luchadora, carismática y con un fuerte sentido de liderazgo. En los pocos días que han pasado desde la elección del 19 de junio, el presidente elegido ha nombrado para su gobierno a tres indígenas, a tres afrodescendientes, a una sobreviviente de la Unión Patriótica, a unas trabajadoras por la salud y el ambiente, a dos defensores de derechos humanos, a un gran luchador por la paz, a un economista heterodoxo dispuesto a poner como prioridad a la gente, antes que, al modelo económico, y vendrán otros más. Lejos está este grupo, de los gabinetes ministeriales del pasado conformados por representantes de las élites económicas, políticas y de familias aristocráticas e históricamente atornilladas al poder. Otro hecho complementa la escena populista, el periplo realizado por la vicepresidenta por el cono sur y sus visitas a los presidentes Gabriel Boric de Chile, Alberto Fernández de Argentina, Luis Arce y el expresidente Evo Morales de Bolivia, Luis Inacio Lula el candidato y expresidente de Brasil. Todos, lideres de izquierda y con una base popular de sus gobiernos.

Que se avance por la vía populista dependerá de los logros económicos, de la consolidación de la paz y la reducción de la inequidad social. Pero aún, sino se logrará todo el plan económico, político y social propuesto por el Pacto Histórico, lo hecho hasta ahora, es una manifestación popular que tiene un valor político y simbólico sin precedentes en la corta historia de Colombia, nuestro destino dependerá ahora de los resultados del gobierno que empieza el 7 de agosto de 2022.



[1] Profesor Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia.

viernes, 1 de enero de 2021

Novela: Las horas desbocadas, de Jairo Ramírez

El novel escritor Jairo Ramírez, comunicador social, periodista y Magister en Escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia nos entrega en esta ocasión la novela Las horas desbocadas, una historia en veintidós secciones en que nos va narrando los recuerdos a los que se ve abocado un jefe guerrillero en las selvas del Guaviare, luego que recibe la noticia de que no le quedan sino unos pocos días de vida, a causa de una grave enfermedad.

El título de la obra hace honor a su contenido, desde que se comienza la lectura, los lectores nos vemos atrapados en una historia que corre, que marcha, que acelera el paso, que nos conduce hacia el final en muy poco tiempo. En un relato que va en primera persona Ramírez, nos lleva de la mano del personaje principal, Miguel, un jefe guerrillero que dirige un comando en la selva a orillas del rio Vaupés, y ahora, se encuentra convaleciente, delirante, aquejado por los recuerdos que van y vienen, unas veces es la infancia, otras Sandra su novia, otras el General Macario, otras su madre, recuerdos que van y vienen en el tiempo y el espacio. Se trata de recuerdos que surgen contra el reloj y de forma desbocada, casi sin horas para reflexionar. A lo anterior se une el diseño de la portada que revela la carrera contra el tiempo, contra la muerte.

La obra transcurre en dos lugares al mismo tiempo: un presente en la selva, con un prisionero y una amenaza permanente de combate o de ataque por parte de las fuerzas del Estado. Allí ocurre la visita, casi inverosímil de la madre, si inverosímil¡¡¡, si no es por un bombardeo que ocurre en el lugar. Al mismo tiempo, el delirio que produce la enfermedad y el hecho de saber que la muerte tiene una fecha, lleva al protagonista a una suerte de recuerdos sobre hechos que tuvieron lugar en el Tolima y en Bogotá. Esa escenografía cambia la tradición sobre la mayor parte de los estudios y los relatos novelescos acerca de la violencia en Colombia, en el sentido que la guerra reciente desde la década de los ochenta del siglo pasado, no es sólo un relato rural con afectación sobre los campesinos. Aquí la novela de Ramírez nos muestra una arista de la guerra Colombiana y es su ocurrencia en la ciudad, en la capital del país, en el centro del poder. Por lo tanto, para quien lee el escrito es claro que la guerra no es un asunto de campesinos y soldados, sino que involucra a todos los ciudadanos, a los colombianos. Al punto que la mayor parte del relato ocurre en la ciudad.

La novela trae unos recursos literarios que la hacen agradable y atractiva a la imaginación del lector. El autor toma elementos de la realidad de la guerra que se dramatizan como si fuera una ficción. Así es posible tener personajes no humanos, presencias inconcebibles como un hijo desconocido y una madre en medio de un combate, mudos que hacen bulla, o la adquisición de un ataúd antes de morir.

Finalmente, la historia de Ramírez nos trae una reflexión sobre la guerra colombiana, una reflexión sobre la inutilidad de la misma: Dice Miguel en sus últimas horas: “Cincuenta años de guerra sin ningún logro, era como si se hubiera  tirado cincuenta años en un andén a esperar que el tiempo pasara sin hacer nada. … Si durante cincuenta años más de treinta mil mujeres y hombres no habían podido contra los dioses del aire, del agua, de la luz, del petróleo, del oro y de los demás bienes de la tierra, salvo despertar su ira, a Miguel le parecía inútil gastar otros cincuenta años para aplacarlos.”(Ramírez, 228); “La guerra cansa, ni más faltaba.” (Ramírez, 22); o, “¿Acaso la guerra en la que él participaba, a fin de cuentas, no se había convertido en una sospechosa costumbre para los dos bandos?” (Ramírez, 222).

martes, 18 de febrero de 2020

Economistas antiguos y modernos

Economistas antiguos y modernos, gigantes y enanos y su enseñanza en Colombia. Entre la  formalización matemática y la pérdida teórica: el manual de economía en las primeras facultades universitarias, 1945-1980. 1 ed. Bogotá: Universidad Autónoma  de Colombia, 2016. 536 pp.

El libro de los profesores Alberto Mayor y Carlos Zambrano trata de la formación de los economistas colombianos en la Universidad Nacional
de Colombia, la Universidad de Antioquia, la Universidad de los Andes y la Universidad del Valle en el siglo XX. El escrito revela con lujo de detalle las fuentes principales de las que se ha nutrido el economista en Colombia, las cuales, discurren desde los manuales de texto hasta las obras de los teóricos del campo económico. La investigación arroja que los manuales han predominado sobre las obras teóricas. El libro se divide en cinco capítulos, una introducción
y un epílogo.

Guiados por la obra A hombros de gigantes de Robert K. Merton, según la cual “una idea original de un país puede llegar a ser enriquecida, distorsionada, alterada o incluso suplantada en otro” (Mayor & Zambrano, 2016, p. 19), los
autores construyen, con cuidado y rigor, la historia de los cuatro programas de economía más relevantes en el país, preguntando por la trayectoria de los manuales de enseñanza, su llegada a Colombia, las traducciones del francés o del inglés y también, a través de estos programas, por algunas obras teóricas de grandes economistas. Se trata del aprendizaje y formación con enanos, en el primer caso, y con gigantes, en el segundo. No implica, según los autores, de que el manual sea malo y el libro del teórico bueno, solo que el primero postula verdades y el segundo razona y hace preguntas, y también es posible que “un autor puede que no aporte nada al aparato analítico de su disciplina, pero puede escribir un manual que sea un hito en la difusión de sus ideas centrales” (Mayor & Zambrano, 2016, p. 19). La  conclusión no puede ser más contundente: “En Colombia no hubo trabajo ‘analítico’ sino seguimiento de la evolución del pensamiento económico y puesta en práctica de sus recetas, así
estuviesen permeadas de ideologías” (Mayor & Zambrano, 2016, p. 19).

Seguir leyendo: https://revistas.utadeo.edu.co/index.php/TyE/index

viernes, 20 de diciembre de 2019

La reforma agraria: la paz con las farc, un compromiso aplazado de nuevo


El acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc) dejó de nuevo aplazada, por tercera vez en ochenta años (1936, 1960-1968, 2016), la reforma agraria. En el acuerdo del 2016, las partes acordaron un lacónico proceso de formalización de la propiedad privada mediante la asignación de títulos para quienes ya tienen posesión sobre la tierra. También se aceptó restituir y reparar a quienes perdieron la tierra en la guerra de 25 años y se volvió a dejar para después la redistribución de la propiedad. Este asunto es de especial importancia, pues el coeficiente Gini de tierras en Colombia llega al 0,8 %, uno de los más desiguales del mundo. Teniendo en cuenta lo anterior, en este artículo se revisa cómo el tema agrario en Colombia
continúa siendo un proceso de acumulación originaria permanente —con el latifundio como su forma dominante—, y se sostiene que la paz acordada es solo
una manera de preparar el mundo agrario colombiano para el gran capitalismo, creando derechos de propiedad necesarios en la agroindustria y haciendo de los campesinos una fuerza de trabajo disponible para la producción, ahora que estos han quedado liberados de la guerra.

Palabras clave: Colombia; desigualdad; farc; guerrilla; latifundio; paz; propiedad;
reforma agraria; tierra; trabajo; uso del suelo.

Continuar leyendo: https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/83151

martes, 19 de noviembre de 2019

Evo Morales, populismo y democracia

Evo Morales y Alvaro García Linera.
https://www1.wdr.de/radio/cosmo/programm/sendungen/
Trece años de gobierno bastaron al indígena Evo Morales y al filósofo Avaro García para hacer de Bolivia una sociedad más incluyente e igualitaria. Empezando por el nombre, Estado Plurinacional de Bolívia, los constructores del nuevo Estado, parten de reconocer su espacio territorial como diverso y pluricultural. El siguiente paso, fue otorgarle a los indígenas su lugar histórico en el poder, en la burocracia y en los espacios de decisión política (alcaldías, gobernaciones, ministerios). El tercer paso fue el reparto del producto interno bruto (PIB), es decir, la torta de la producción, los ingresos y las ganancias. Además, recuperar para Bolivia buena parte de los ingresos derivados por exportaciones de petróleo y otros recursos minerales. Todas esas medidas le quitaron el privilegio a las élites tradicionales y a una pequeña clase media que por centurias había disfrutado del poder y la riqueza sólo para ellos.


El neo-populismo de Evo Morales y García Linera, se inscribe en la tendencia que se dio en el comienzo del siglo XXI en América Latina con Hugo Chavez en Venezuela, los Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Correa en Ecuador. Todos han tenido en común hacer reformas distributivas de la riqueza y el poder en medio del capitalismo desaforado, y lo han logrado, han sacado de la pobreza a millones de personas, pero también han hecho acuerdos y negociaciones con sectores poderosos del capital: agroindustriales, mineros y financieros. No se trata de un nuevo régimen como podrían añorar los comunistas o los socialistas, solamente es un periodo para poner al día a los países que históricamente han vivido en el atraso (unos más y otros menos). Se trató de la segunda ola del populismo en la región latinoamericana, la primera, fue la de Vargas en Brasil, Cárdenas en México, Paz Estenssoro en Bolivia, Perón en Argentina. En el momento populista de ahora, Lula fue encarcelado, Correa traicionado y ahora Evo recibió un Golpe de Estado. 

El populismo es un momento en la historia política de los países, Rusia se convirtió en la antigua Unión Soviética, en la China en el poderoso partido Chino que hoy combina capitalismo y comunismo, en la India con Gandhi y Nehru llevo a ese país a ser una de las economías más fuertes del tercer mundo y hemos visto como Argentina y Brasil a mediados del siglo XX, crearon unas poderosas clases medias. Se trata de integrar a los excluidos, de hacerlos parte del sistema económico, no es el todo o nada, es una linea intermedia y, de allí, surgen sociedades más integradas y democráticas. Los liberales, algunos de izquierda y, por supuesto, los conservadores y todas las demás especies políticas de más a la derecha, se equivocan cuando creen que hay que cerrarle, a toda costa, el paso al populismo, como si fuera la gangrena, la peste, el sida, el evola. Lo que ha hecho Evo con su país es magnifico, no es perfecto, tiene sus errores (y no me refiero a las elecciones) pero ha logrado la dignidad de su pueblo, el indígena. Pero los agentes del capitalismo son depredadores, nada les sirve, sólo los salarios bajos, incluso con valor cero, y las ganancias todas para ellos, no un poco, una tasa marginal, no, ellos lo quieren todo y el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia es rico en recursos naturales y esos agentes (nacionales y extranjeros) necesitan unos gobernantes débiles, dependientes y sumisos. Por ello, el populismo es una amenaza para los grandes capitales, no permitirán que las futuras ganancias sean repartidas con los indígenas, tampoco con los mestizos y con los blancos pobres Bolivianos.

Y la democracia. La prensa nacional e internacional ha difundido la noción según la cual, la democracia es el gobierno de la alternancia, no importa quien sea el elegido presidente o presidenta siempre que ese método se practique, es una idea política curiosa. Según esas versiones el nuevo elegido debía ser el candidato opositor a Evo. La democracia es la deliberación, el foro, la discusión, los argumentos, por supuesto también la representación legitima ganada en las urnas. Lo que ha sucedido en el último mes en nuestro país hermano de Bolivia es todo lo contrario, se ha hecho evidente el odio, la venganza y todas las manifestaciones opuestas a una democracia deliberativa.

La CEPAL y su influencia en el pensamiento económico en Colombia, 1948-1970

E l  libro, El pensamiento económico en Colombia. Construcción de un saber 1958-1970, editado en Bogotá, por la editorial de la...