Evo Morales y Alvaro García Linera. https://www1.wdr.de/radio/cosmo/programm/sendungen/ |
Trece años de gobierno bastaron al indígena Evo Morales y al filósofo Avaro García para hacer de Bolivia una sociedad más incluyente e igualitaria. Empezando por el nombre, Estado Plurinacional de Bolívia, los constructores del nuevo Estado, parten de reconocer su espacio territorial como diverso y pluricultural. El siguiente paso, fue otorgarle a los indígenas su lugar histórico en el poder, en la burocracia y en los espacios de decisión política (alcaldías, gobernaciones, ministerios). El tercer paso fue el reparto del producto interno bruto (PIB), es decir, la torta de la producción, los ingresos y las ganancias. Además, recuperar para Bolivia buena parte de los ingresos derivados por exportaciones de petróleo y otros recursos minerales. Todas esas medidas le quitaron el privilegio a las élites tradicionales y a una pequeña clase media que por centurias había disfrutado del poder y la riqueza sólo para ellos.
El neo-populismo de Evo Morales y García Linera, se inscribe en la tendencia que se dio en el comienzo del siglo XXI en América Latina con Hugo Chavez en Venezuela, los Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Correa en Ecuador. Todos han tenido en común hacer reformas distributivas de la riqueza y el poder en medio del capitalismo desaforado, y lo han logrado, han sacado de la pobreza a millones de personas, pero también han hecho acuerdos y negociaciones con sectores poderosos del capital: agroindustriales, mineros y financieros. No se trata de un nuevo régimen como podrían añorar los comunistas o los socialistas, solamente es un periodo para poner al día a los países que históricamente han vivido en el atraso (unos más y otros menos). Se trató de la segunda ola del populismo en la región latinoamericana, la primera, fue la de Vargas en Brasil, Cárdenas en México, Paz Estenssoro en Bolivia, Perón en Argentina. En el momento populista de ahora, Lula fue encarcelado, Correa traicionado y ahora Evo recibió un Golpe de Estado.
El populismo es un momento en la historia política de los países, Rusia se convirtió en la antigua Unión Soviética, en la China en el poderoso partido Chino que hoy combina capitalismo y comunismo, en la India con Gandhi y Nehru llevo a ese país a ser una de las economías más fuertes del tercer mundo y hemos visto como Argentina y Brasil a mediados del siglo XX, crearon unas poderosas clases medias. Se trata de integrar a los excluidos, de hacerlos parte del sistema económico, no es el todo o nada, es una linea intermedia y, de allí, surgen sociedades más integradas y democráticas. Los liberales, algunos de izquierda y, por supuesto, los conservadores y todas las demás especies políticas de más a la derecha, se equivocan cuando creen que hay que cerrarle, a toda costa, el paso al populismo, como si fuera la gangrena, la peste, el sida, el evola. Lo que ha hecho Evo con su país es magnifico, no es perfecto, tiene sus errores (y no me refiero a las elecciones) pero ha logrado la dignidad de su pueblo, el indígena. Pero los agentes del capitalismo son depredadores, nada les sirve, sólo los salarios bajos, incluso con valor cero, y las ganancias todas para ellos, no un poco, una tasa marginal, no, ellos lo quieren todo y el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia es rico en recursos naturales y esos agentes (nacionales y extranjeros) necesitan unos gobernantes débiles, dependientes y sumisos. Por ello, el populismo es una amenaza para los grandes capitales, no permitirán que las futuras ganancias sean repartidas con los indígenas, tampoco con los mestizos y con los blancos pobres Bolivianos.
Y la democracia. La prensa nacional e internacional ha difundido la noción según la cual, la democracia es el gobierno de la alternancia, no importa quien sea el elegido presidente o presidenta siempre que ese método se practique, es una idea política curiosa. Según esas versiones el nuevo elegido debía ser el candidato opositor a Evo. La democracia es la deliberación, el foro, la discusión, los argumentos, por supuesto también la representación legitima ganada en las urnas. Lo que ha sucedido en el último mes en nuestro país hermano de Bolivia es todo lo contrario, se ha hecho evidente el odio, la venganza y todas las manifestaciones opuestas a una democracia deliberativa.
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