Reseña del libro: Cataño, Gonzalo. (2013). La introducción del pensamiento moderno en Colombia. El caso de Luis E. Nieto Arteta. Bogotá, D.C: Universidad Externado de Colombia.
Uno de los
interrogantes que los investigadores de las ciencias sociales en Colombia se
hacen con frecuencia, se refiere a ¿cómo han llegado a Colombia las ideas
provenientes de los centros universales del pensamiento occidental? El
sociólogo Gonzalo Cataño nos ofrece una respuesta con una producción que se
ocupa de la introducción del pensamiento moderno en Colombia en la primera
mitad del siglo XX a partir de la vida y obra de Luis Eduardo Nieto Arteta. Se
trata de un libro de 550 páginas y trece capítulos que recorren el trasegar
intelectual de Luis E. Nieto, una figura conocida entre los historiadores
económicos y con menos brillo entre los sociólogos, los abogados y los filósofos.
Metodológicamente, Cataño parte de un autor, cuyo legado, reúne las condiciones
muy particulares, de haber escrito en abundancia, de contar con una fuente
privilegiada como dos mil cartas de correspondencia, de información de prensa
de las décadas del treinta al cincuenta y de la disponibilidad de la biblioteca
personal de Nieto. Con todo ello, Cataño elabora una historia de la trayectoria
de las ideas desde Europa a Latinoamérica. Así, a través de la vida de un
sujeto, Cataño busca revelar el patrón estructural del surgimiento y
constitución de las disciplinas del derecho, la sociología y la economía.
Los
principales antecedentes historiográficos que le preceden, se refieren a la
labor de intelectuales que con su trabajo, le dieron forma a las ideas en Colombia
dentro distintos campos de la cultura y el saber especializado: una de las
primeras obras con la que se emparenta, es con la historia de la botánica de José Antonio Amaya, Mutis, Apotre de
Linné en Nouvelle-Grenade. Histoire de la Botanique dans la vice-royauté de la
Nouvelle-Grenade (1760-1783), en la cual, aborda la formación intelectual
de José Celestino Mutis (1732-1808), los progresos iniciales de su obra en
América y de los intercambios intelectuales que tuvo con el fundador de los
fundamentos de la botánica Carl Linneo (1707-1778).[2]
Intercambios que para Amaya, facilitaron al fundador de dicha ciencia, la
constitución del primer gran sistema de la biología; si bien Nieto no tuvo la
capacidad y la fortuna para hacer aportes en los campos del derecho, la
economía, la filosofía y la sociología universales, fue persistente para tener
correspondencia con intelectuales de trayectoria e influencia en sus
respectivas disciplinas como Luis Recaséns en la filosofía del derecho, George
Gurvitch en la sociología Jurídica, con Hans Kelsen el autor que “había tocado
todos los campos del derecho, que había arrasado con los enfoques del pasado y
que había construido una teoría pura del derecho, esto es, una ciencia con un
objeto propio y específico que examinaba qué es y cómo se forma el derecho sin
preguntarse cómo debería ser o cómo debería formarse”[3],
con José Medina Echavarría difusor de la sociología en América Latina y primer
traductor de Economía y Sociedad de Max Weber del alemán al español,
entre otros.
El libro de Cataño es revelador mostrando el
intercambio epistolar de Nieto con los intelectuales mencionados, sus aciertos
y también sus desaciertos. Ese intercambio no se tradujo en la mejora de su obra
por haber recibido críticas valiosas; en la mayoría de los casos, Nieto enviaba
comentarios y la respuesta se limitaba a una felicitación de cortesía o,
simplemente, al silencio y cuando la crítica se producía Nieto no era receptivo.
El texto también entra en dialogo con la obra de
Jaime Jaramillo sobre el pensamiento colombiano en el Siglo XIX,[4]
trata la influencia de las tradiciones filosóficas y sociológicas de Bentham,
Comte y Spencer. Sobre ellas, Cataño hace una breve alusión calificando la obra
como una serie de ensayos que permitieron “afirmar la historia intelectual como
un campo fructífero de la investigación social,”[5]
aunque no discute ni elabora una trayectoria más allá de su periodo de análisis
en la primera mitad del siglo XX, dando la impresión a veces que Nieto es el
primero en incorporar a los filósofos y sociólogos en la historia de estas
ideas en Colombia.
Otro antecedente en la historia sobre Nieto refiere
a la obra que analiza la Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada de
José Manuel Groot del historiador Sergio Mejía, donde se da cuenta de la
formación y desarrollo del pensamiento del apologista y católico José Manuel
Groot, un intelectual conservador de la segunda mitad del siglo XIX que creó
una obra con el fin de hacer la
defensa del catolicismo en Colombia ante la arremetida liberal de la segunda
mitad del siglo XIX.[6]
Este trabajo ofrece una evidencia desde otra orilla ideológica a la de Nieto. En
la lectura de las dos obras es posible observar que, Groot y Nieto, se hicieron
a las grandes obras de sus respectivos campos de estudio con los medios que
tenían a su disposición y desde la erudición que otorgaba la posesión de una
biblioteca especializada y personal, produjeron el uno, una obra católica y el
otro una obra dentro y para las ciencias sociales. Podemos ver ahora, como se
va tejiendo en la historiografía el campo de la historia de las ideas, que
recoge distintas perspectivas que van desde la ortodoxia católica hasta la
modernizante del marxismo en el período de 1870 a 1956.
Este
libro es también una continuidad de los trabajos anteriores del mismo Cataño
como: Luis Eduardo Nieto Arteta: esbozo intelectual,[7]
un estudio que recoge la vida del personaje, la acumulación de sus éxitos y el
trágico final de su corta vida; Historia, sociología y política,[8]
una compilación en que elabora los perfiles intelectuales del jurista Diego
Mendoza de finales del siglo XIX representante del liberalismo de la época, del
historiador Jaime Jaramillo, el intelectual Luis López de Mesa, el intelectual
y político de izquierda Gerardo Molina, el poeta Nicolás Pinzón y el filósofo
Rafael Carrillo, con dichas historias revisa la filiación de las ideas, su
origen y la forma como fueron trabajadas por sus autores durante la primera mitad
el siglo XX.
Finalmente, el trabajo de Cataño se emparenta con
la extensa biografía sobre el economista Alejandro López (1876-1940) elaborada
por otro sociólogo Alberto Mayor Mora,[9]
en la cual, se destaca la formación de López como economista, su cercanía a los
centros intelectuales de economistas ingleses en la época de la Gran Depresión
en los años treinta del siglo XX como la Royal Economic Society, el National
Liberal Club o la London School of Economics. Alberto Mayor con ésta
biografía también pretendió mostrar a un hombre que encarnaba la figura del
intelectual moderno. Por lo tanto, Luis E. Nieto ya tenía un antecesor, al
menos en el campo de los estudios económicos, que hizo esfuerzos por traer a
Colombia ideas económicas que circulaban en Europa y arrojar luces sobre la
situación Colombiana desde perspectivas más amplias que las existentes por
entonces en el país.
Debemos agregar que con La introducción se
hace más completa la reflexión sobre el pensamiento colombiano en el siglo XX
que se recoge en tres volúmenes de Santiago Castro, Alberto Flórez, Guillermo
Hoyos y Carmén Millan.[10]
La estructura del texto de Cataño permite hacer un
recorrido por las obras que sirvieron de base para la discusión de hipótesis y
teorías en los campos de la historia económica, la filosofía del derecho y la
sociología, en una época anterior a la creación de facultades y centros de
investigación, el único antecedente era el derecho que en la primera mitad el
siglo XX tenía como su principal centro la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad Nacional de Colombia, en esa introducción de ideas,
Nieto Arteta fue un animador de primer orden y en algunos casos un adelantado
destacado. Tenemos ahora un detallado análisis del marxismo que se cultivó en
los años treinta y cuarenta, en las obras de Engels, Trosky y Rosa Luxemburgo,
de las cuales Nieto bebió y arriesgó combinaciones al modo de un aprendiz de
alquimista al querer fusionar en un solo pensamiento la Decadencia de
Occidente de Spengler (1917 y 1922), con la Dialéctica de la Naturaleza
de Engels y otras obras de Marx. Producto de esa exploración, Nieto elaboró las
dos obras que lo consagraron en el mundo de la historia económica: Economía
y Cultura en la Historia de Colombia (1942) y el Café en la sociedad
colombiana (1958).
Pero Nieto había sido formado como abogado con un
pensum que hacía incursiones en aspectos filosóficos, dejando en él la
inquietud por la filosofía del derecho, campo al que dedicó la mayor parte de
sus energías, sin embargo, sus logros fueron muy pocos a pesar de su esfuerzo.
Así, hizo críticas a la escuela positiva del derecho penal, al formalismo
jurídico y propuso una teoría del pluralismo jurídico. De esas críticas y
reflexiones surgieron Lógica, fenomenología y formalismo jurídico (1941)
y La interpretación de las normas jurídicas (1944). La primera, trata de
los rasgos más generales y abstractos de la filosofía del derecho, es la región
de la experiencia jurídica, la cual cobra vida en la norma, postulando la
conducta que debe ejecutarse. “El derecho es entonces el estudio de las normas
en cuanto acción coactiva, y la filosofía del derecho la reflexión última del deber
ser desprendido de estas normas”.[11]
La segunda, nos cuenta Cataño, es un conjunto de tres ensayos en los cuales
Nieto hace una crítica de la interpretación jurídica basada en la exegesis y
propone el rechazo de la interpretación objetiva de las normas por una en la
cual, “toda norma porta un margen de libre apreciación. Es un marco abierto a
varias posibilidades de elección. Indica, sugiere y orienta, pero no juzga. El
que enjuicia es un miembro de la sociedad con valores y estimaciones que agitan
su espíritu en diversas direcciones.”[12]
De acuerdo con Cataño la solución de Nieto no era original, además, nos cuenta
la aguda crítica que recibió del filosofo argentino Carlos Cossio, que
desautorizaba el texto de Nieto.
Luego
vendría la escritura de Lógica y
Ontología (1948), una obra que Nieto deseaba fuera “un volumen orgánico con
ideas personales”.[13]
Nunca fue publicada, en sus intentos por difundirla, Nieto se la envió al filósofo
argentino Francisco Romero para que fuera publicada en la editorial Losada pero
no recibió respuesta. “No parecía llenar las exigencias de calidad de una
colección dedicada a los clásicos, a los pensadores europeos más prestigiosos
del momento y a los filósofos latinoamericanos más rigurosos y de mayor
profesionalismo.”[14]
Cataño
resalta en Nieto la forma de trabajo en sus escritos: la cita extensa; la
escritura rápida sin edición; la práctica de unir citas de libros, una tras
otra, sin hacer ninguna elaboración argumental, dejando para que el lector sea
el que saque las conclusiones; el hecho de pasar de una tema a otro o de un
campo del saber a otro sin profundizar en ninguno; son todos aspectos que
resultan de interés para el conocimiento de la formación de las ideas en
Colombia. La explicación de Cataño sobre esas prácticas se queda corta porque
sólo las describe y no nos cuenta las razones para que eso fuera así, aunque
fuera en el nivel de las hipótesis; no es suficiente con decir: “la escritura
de Nieto es descuidada, repetitiva y grandilocuente” y aún más una “práctica
haragana”.[15]
Se trata de un juicio muy severo, sin haberlo comparado con los productos
intelectuales de otros autores de la época y sin explorar las prácticas formativas
de las facultades de derecho.
Este
juicio de Cataño, oscurece el logro editorial de Economía y cultura en la historia de Colombia (1942) y de El café en la sociedad colombiana
(1958), en las décadas siguientes. En el primer caso, se trata de una obra que,
en efecto, reúne una gran proporción de citas, una tras otra, en un eje
argumental fundado en el marxismo, un intento digno de elogio. Lo mismo podría
decirse del segundo escrito, hecho con rapidez y ligereza pero lleno de
hipótesis e intuiciones. No se trata de hacer una defensa de Nieto aquí, muchas
de sus hipótesis ya han sido reevaluadas por la historiografía económica
posterior, sin embargo, es necesario ponerlo en el contexto de la época en que
escribió y no juzgarlo con los parámetros de la producción académica de hoy.
La
obra de Cataño, es extensa, detallada y nos permite ver una gran fuente de
información sobre las editoriales, los libros y las traducciones que llegaron a
Colombia en los cuarenta y cincuenta, es un gran aporte.
[1] Doctor en Historia por la Universidad Nacional de
Colombia, Economista de la misma Universidad, Administrador Público de la
Escuela Superior de Administración Pública, actualmente se desempeña como
Director de Estudios Sectoriales del Sector Agropecuario y coordina el equipo
de seguimiento a la ley de víctimas y restitución de tierras 1448/2011 en la
Contraloría General de la República.
[2] Amaya, José A. (1999). Mutis, Apotre de Linné en
Nouvelle-Grenade. Histoire de la Botanique dans la vice-royauté de la Nouvelle-Grenade
(1760-1783). Barcelona: Institut Botánic de Barcelona.
[3] Cataño, Gonzalo. (2013). La introducción del
pensamiento moderno en Colombia. El caso de Luis E.Nieto Arteta. Bogotá,
D.C: Universidad Externado de Colombia, p. 306.
[4] Jaramillo, Jaime. (2003). El pensamiento colombiano en
el siglo XIX (5 ed.). Bogotá, D.C: Universidad de los Andes - CESO - Banco
de la República - ICANH - Colciencias - Alfaomega.
[5] Cataño, Op. Cit., 454.
[6] Mejia, Sergio. (2009). El pasado como refugio y
esperanza. La Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada de José Manuel
Groot (Vol. CVIII). Bogotá, D.C: Instituto Caro y Cuervo.
[7] Cataño, Gonzalo. (2002). Luis Eduardo Nieto
Arteta: esbozo intelectual. Bogotá, D.C: Universidad Externado de
Colombia-Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahíta.
[8] Cataño, Gonzalo. (1998). Historia,
sociología y política. Bogotá, D.C: Universidad Pedagógica Nacional - Plaza
& Janes Editores Colombia, S.A.
[9] Mayor, Alberto. (2001). Técnica y Utopía. Biografía
intelectual y política de Alejandro López, 1876-1940. Medellín: Universidad
EAFIT.
[10] Castro-Gómez, Santiago, Flórez-Malagón, Alberto, Hoyos
Vásquez, Guillermo & Benavides, Carmén Millán de (Eds.), Pensamiento
colombiano en el siglo XX (3 Vols.) Bogotá: Instituto Pensar - Editorial
Pontificia Universidad Javeriana.
[11] Ibíd., p. 293.
[14] Ibíd.,
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