miércoles, 17 de septiembre de 2014

La introducción del pensamiento moderno en Colombia


Reseña del libro: Cataño, Gonzalo. (2013). La introducción del pensamiento moderno en Colombia. El caso de Luis E. Nieto Arteta. Bogotá, D.C: Universidad Externado de Colombia.

Juan Carlos Villamizar[1]

Uno de los interrogantes que los investigadores de las ciencias sociales en Colombia se hacen con frecuencia, se refiere a ¿cómo han llegado a Colombia las ideas provenientes de los centros universales del pensamiento occidental? El sociólogo Gonzalo Cataño nos ofrece una respuesta con una producción que se ocupa de la introducción del pensamiento moderno en Colombia en la primera mitad del siglo XX a partir de la vida y obra de Luis Eduardo Nieto Arteta. Se trata de un libro de 550 páginas y trece capítulos que recorren el trasegar intelectual de Luis E. Nieto, una figura conocida entre los historiadores económicos y con menos brillo entre los sociólogos, los abogados y los filósofos. Metodológicamente, Cataño parte de un autor, cuyo legado, reúne las condiciones muy particulares, de haber escrito en abundancia, de contar con una fuente privilegiada como dos mil cartas de correspondencia, de información de prensa de las décadas del treinta al cincuenta y de la disponibilidad de la biblioteca personal de Nieto. Con todo ello, Cataño elabora una historia de la trayectoria de las ideas desde Europa a Latinoamérica. Así, a través de la vida de un sujeto, Cataño busca revelar el patrón estructural del surgimiento y constitución de las disciplinas del derecho, la sociología y la economía.


Los principales antecedentes historiográficos que le preceden, se refieren a la labor de intelectuales que con su trabajo, le dieron forma a las ideas en Colombia dentro distintos campos de la cultura y el saber especializado: una de las primeras obras con la que se emparenta, es con la historia de la botánica de José Antonio Amaya, Mutis, Apotre de Linné en Nouvelle-Grenade. Histoire de la Botanique dans la vice-royauté de la Nouvelle-Grenade (1760-1783), en la cual, aborda la formación intelectual de José Celestino Mutis (1732-1808), los progresos iniciales de su obra en América y de los intercambios intelectuales que tuvo con el fundador de los fundamentos de la botánica Carl Linneo (1707-1778).[2] Intercambios que para Amaya, facilitaron al fundador de dicha ciencia, la constitución del primer gran sistema de la biología; si bien Nieto no tuvo la capacidad y la fortuna para hacer aportes en los campos del derecho, la economía, la filosofía y la sociología universales, fue persistente para tener correspondencia con intelectuales de trayectoria e influencia en sus respectivas disciplinas como Luis Recaséns en la filosofía del derecho, George Gurvitch en la sociología Jurídica, con Hans Kelsen el autor que “había tocado todos los campos del derecho, que había arrasado con los enfoques del pasado y que había construido una teoría pura del derecho, esto es, una ciencia con un objeto propio y específico que examinaba qué es y cómo se forma el derecho sin preguntarse cómo debería ser o cómo debería formarse”[3], con José Medina Echavarría difusor de la sociología en América Latina y primer traductor de Economía y Sociedad de Max Weber del alemán al español, entre otros.
El libro de Cataño es revelador mostrando el intercambio epistolar de Nieto con los intelectuales mencionados, sus aciertos y también sus desaciertos. Ese intercambio no se tradujo en la mejora de su obra por haber recibido críticas valiosas; en la mayoría de los casos, Nieto enviaba comentarios y la respuesta se limitaba a una felicitación de cortesía o, simplemente, al silencio y cuando la crítica se producía Nieto no era receptivo.
El texto también entra en dialogo con la obra de Jaime Jaramillo sobre el pensamiento colombiano en el Siglo XIX,[4] trata la influencia de las tradiciones filosóficas y sociológicas de Bentham, Comte y Spencer. Sobre ellas, Cataño hace una breve alusión calificando la obra como una serie de ensayos que permitieron “afirmar la historia intelectual como un campo fructífero de la investigación social,”[5] aunque no discute ni elabora una trayectoria más allá de su periodo de análisis en la primera mitad del siglo XX, dando la impresión a veces que Nieto es el primero en incorporar a los filósofos y sociólogos en la historia de estas ideas en Colombia.
Otro antecedente en la historia sobre Nieto refiere a la obra que analiza la Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada de José Manuel Groot del historiador Sergio Mejía, donde se da cuenta de la formación y desarrollo del pensamiento del apologista y católico José Manuel Groot, un intelectual conservador de la segunda mitad del siglo XIX que creó una obra con el fin de hacer la defensa del catolicismo en Colombia ante la arremetida liberal de la segunda mitad del siglo XIX.[6] Este trabajo ofrece una evidencia desde otra orilla ideológica a la de Nieto. En la lectura de las dos obras es posible observar que, Groot y Nieto, se hicieron a las grandes obras de sus respectivos campos de estudio con los medios que tenían a su disposición y desde la erudición que otorgaba la posesión de una biblioteca especializada y personal, produjeron el uno, una obra católica y el otro una obra dentro y para las ciencias sociales. Podemos ver ahora, como se va tejiendo en la historiografía el campo de la historia de las ideas, que recoge distintas perspectivas que van desde la ortodoxia católica hasta la modernizante del marxismo en el período de 1870 a 1956.
Este libro es también una continuidad de los trabajos anteriores del mismo Cataño como: Luis Eduardo Nieto Arteta: esbozo intelectual,[7] un estudio que recoge la vida del personaje, la acumulación de sus éxitos y el trágico final de su corta vida; Historia, sociología y política,[8] una compilación en que elabora los perfiles intelectuales del jurista Diego Mendoza de finales del siglo XIX representante del liberalismo de la época, del historiador Jaime Jaramillo, el intelectual Luis López de Mesa, el intelectual y político de izquierda Gerardo Molina, el poeta Nicolás Pinzón y el filósofo Rafael Carrillo, con dichas historias revisa la filiación de las ideas, su origen y la forma como fueron trabajadas por sus autores durante la primera mitad el siglo XX.
Finalmente, el trabajo de Cataño se emparenta con la extensa biografía sobre el economista Alejandro López (1876-1940) elaborada por otro sociólogo Alberto Mayor Mora,[9] en la cual, se destaca la formación de López como economista, su cercanía a los centros intelectuales de economistas ingleses en la época de la Gran Depresión en los años treinta del siglo XX como la Royal Economic Society, el National Liberal Club o la London School of Economics. Alberto Mayor con ésta biografía también pretendió mostrar a un hombre que encarnaba la figura del intelectual moderno. Por lo tanto, Luis E. Nieto ya tenía un antecesor, al menos en el campo de los estudios económicos, que hizo esfuerzos por traer a Colombia ideas económicas que circulaban en Europa y arrojar luces sobre la situación Colombiana desde perspectivas más amplias que las existentes por entonces en el país.
Debemos agregar que con La introducción se hace más completa la reflexión sobre el pensamiento colombiano en el siglo XX que se recoge en tres volúmenes de Santiago Castro, Alberto Flórez, Guillermo Hoyos y Carmén Millan.[10]
La estructura del texto de Cataño permite hacer un recorrido por las obras que sirvieron de base para la discusión de hipótesis y teorías en los campos de la historia económica, la filosofía del derecho y la sociología, en una época anterior a la creación de facultades y centros de investigación, el único antecedente era el derecho que en la primera mitad el siglo XX tenía como su principal centro la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia, en esa introducción de ideas, Nieto Arteta fue un animador de primer orden y en algunos casos un adelantado destacado. Tenemos ahora un detallado análisis del marxismo que se cultivó en los años treinta y cuarenta, en las obras de Engels, Trosky y Rosa Luxemburgo, de las cuales Nieto bebió y arriesgó combinaciones al modo de un aprendiz de alquimista al querer fusionar en un solo pensamiento la Decadencia de Occidente de Spengler (1917 y 1922), con la Dialéctica de la Naturaleza de Engels y otras obras de Marx. Producto de esa exploración, Nieto elaboró las dos obras que lo consagraron en el mundo de la historia económica: Economía y Cultura en la Historia de Colombia (1942) y el Café en la sociedad colombiana (1958).
Pero Nieto había sido formado como abogado con un pensum que hacía incursiones en aspectos filosóficos, dejando en él la inquietud por la filosofía del derecho, campo al que dedicó la mayor parte de sus energías, sin embargo, sus logros fueron muy pocos a pesar de su esfuerzo. Así, hizo críticas a la escuela positiva del derecho penal, al formalismo jurídico y propuso una teoría del pluralismo jurídico. De esas críticas y reflexiones surgieron Lógica, fenomenología y formalismo jurídico (1941) y La interpretación de las normas jurídicas (1944). La primera, trata de los rasgos más generales y abstractos de la filosofía del derecho, es la región de la experiencia jurídica, la cual cobra vida en la norma, postulando la conducta que debe ejecutarse. “El derecho es entonces el estudio de las normas en cuanto acción coactiva, y la filosofía del derecho la reflexión última del deber ser desprendido de estas normas”.[11] La segunda, nos cuenta Cataño, es un conjunto de tres ensayos en los cuales Nieto hace una crítica de la interpretación jurídica basada en la exegesis y propone el rechazo de la interpretación objetiva de las normas por una en la cual, “toda norma porta un margen de libre apreciación. Es un marco abierto a varias posibilidades de elección. Indica, sugiere y orienta, pero no juzga. El que enjuicia es un miembro de la sociedad con valores y estimaciones que agitan su espíritu en diversas direcciones.”[12] De acuerdo con Cataño la solución de Nieto no era original, además, nos cuenta la aguda crítica que recibió del filosofo argentino Carlos Cossio, que desautorizaba el texto de Nieto.
Luego vendría la escritura de Lógica y Ontología (1948), una obra que Nieto deseaba fuera “un volumen orgánico con ideas personales”.[13] Nunca fue publicada, en sus intentos por difundirla, Nieto se la envió al filósofo argentino Francisco Romero para que fuera publicada en la editorial Losada pero no recibió respuesta. “No parecía llenar las exigencias de calidad de una colección dedicada a los clásicos, a los pensadores europeos más prestigiosos del momento y a los filósofos latinoamericanos más rigurosos y de mayor profesionalismo.”[14]
Cataño resalta en Nieto la forma de trabajo en sus escritos: la cita extensa; la escritura rápida sin edición; la práctica de unir citas de libros, una tras otra, sin hacer ninguna elaboración argumental, dejando para que el lector sea el que saque las conclusiones; el hecho de pasar de una tema a otro o de un campo del saber a otro sin profundizar en ninguno; son todos aspectos que resultan de interés para el conocimiento de la formación de las ideas en Colombia. La explicación de Cataño sobre esas prácticas se queda corta porque sólo las describe y no nos cuenta las razones para que eso fuera así, aunque fuera en el nivel de las hipótesis; no es suficiente con decir: “la escritura de Nieto es descuidada, repetitiva y grandilocuente” y aún más una “práctica haragana”.[15] Se trata de un juicio muy severo, sin haberlo comparado con los productos intelectuales de otros autores de la época y sin explorar las prácticas formativas de las facultades de derecho.
Este juicio de Cataño, oscurece el logro editorial de Economía y cultura en la historia de Colombia (1942) y de El café en la sociedad colombiana (1958), en las décadas siguientes. En el primer caso, se trata de una obra que, en efecto, reúne una gran proporción de citas, una tras otra, en un eje argumental fundado en el marxismo, un intento digno de elogio. Lo mismo podría decirse del segundo escrito, hecho con rapidez y ligereza pero lleno de hipótesis e intuiciones. No se trata de hacer una defensa de Nieto aquí, muchas de sus hipótesis ya han sido reevaluadas por la historiografía económica posterior, sin embargo, es necesario ponerlo en el contexto de la época en que escribió y no juzgarlo con los parámetros de la producción académica de hoy.
La obra de Cataño, es extensa, detallada y nos permite ver una gran fuente de información sobre las editoriales, los libros y las traducciones que llegaron a Colombia en los cuarenta y cincuenta, es un gran aporte.




[1] Doctor en Historia por la Universidad Nacional de Colombia, Economista de la misma Universidad, Administrador Público de la Escuela Superior de Administración Pública, actualmente se desempeña como Director de Estudios Sectoriales del Sector Agropecuario y coordina el equipo de seguimiento a la ley de víctimas y restitución de tierras 1448/2011 en la Contraloría General de la República.
[2] Amaya, José A. (1999). Mutis, Apotre de Linné en Nouvelle-Grenade. Histoire de la Botanique dans la vice-royauté de la Nouvelle-Grenade (1760-1783). Barcelona: Institut Botánic de Barcelona.
[3] Cataño, Gonzalo. (2013). La introducción del pensamiento moderno en Colombia. El caso de Luis E.Nieto Arteta. Bogotá, D.C: Universidad Externado de Colombia, p. 306.
[4] Jaramillo, Jaime. (2003). El pensamiento colombiano en el siglo XIX (5 ed.). Bogotá, D.C: Universidad de los Andes - CESO - Banco de la República - ICANH - Colciencias - Alfaomega.
[5] Cataño, Op. Cit., 454.
[6] Mejia, Sergio. (2009). El pasado como refugio y esperanza. La Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada de José Manuel Groot (Vol. CVIII). Bogotá, D.C: Instituto Caro y Cuervo.
[7] Cataño, Gonzalo. (2002). Luis Eduardo Nieto Arteta: esbozo intelectual. Bogotá, D.C: Universidad Externado de Colombia-Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahíta.
[8] Cataño, Gonzalo. (1998). Historia, sociología y política. Bogotá, D.C: Universidad Pedagógica Nacional - Plaza & Janes Editores Colombia, S.A.
[9] Mayor, Alberto. (2001). Técnica y Utopía. Biografía intelectual y política de Alejandro López, 1876-1940. Medellín: Universidad EAFIT.
[10] Castro-Gómez, Santiago, Flórez-Malagón, Alberto, Hoyos Vásquez, Guillermo & Benavides, Carmén Millán de (Eds.), Pensamiento colombiano en el siglo XX (3 Vols.) Bogotá: Instituto Pensar - Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
[11] Ibíd., p. 293.
[12] Ibíd., p. 301.
[13] Ibíd., p. 391.
[14] Ibíd.,
[15] Ibíd., p. 203.

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