domingo, 26 de junio de 2016

Colombia: el fin de una guerra, el inicio de la paz y la continuidad de las élites



La firma del acuerdo sobre “cese del fuego y el cese de hostilidades bilateral y definitivo” realizado entre el Gobierno Nacional del Presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el pasado 23 de junio de 2016, es el resultado de cuatro años de negociaciones y marca un hito en la historia política reciente de Colombia.
El carácter de la reunión del jueves pasado guarda el significado, de ser la primera vez que, en toda nuestra historia republicana, una fuerza surgida del pueblo campesino sienta en la mesa de negociaciones a las élites gobernantes para llegar a un acuerdo. Eso sucedió después de un trágico pulso político, mediado por las armas, acerca de quién derrotaba a quién. Lo dijeron las partes, ni la guerrilla podía derrotar al Estado ni el Estado pudo derrotar a la guerrilla. Llegar a ese punto, costó casi 8 millones de víctimas de desplazamiento, el despojo de 7 millones de hectáreas de tierra, cerca de 50 mil desaparecidos, 250 mil muertos, otros tantos miles de personas fueron lesionadas física y mentalmente, niños que perdieron sus padres y fueron maltratados, dolor, pena y sufrimiento, donde los civiles han llevado la mayor parte de las pérdidas. Hoy por hoy, al Estado la cuenta de la reparación a las víctimas le está costando mínimo $120 billones de pesos de 2015 y que tendrá que pagar en los próximos treinta años. También ha costado la pobreza y la miseria en que viven millones de Colombianos.

Timoleón Jiménez "Timochenko" - Ban Ki-Moon
¿Qué se está negociando? Por ahora el cese al fuego, lo demás sigue cocinándose a fuego lento: la reforma agraria, aunque los negociadores han preferido hablar de un acuerdo sobre política de desarrollo agrario, la participación política, el narcotráfico, los derechos humanos. 

Los dos primeros temas, son los de mayor interés por lo que significan en la trayectoria histórica de Colombia. La tierra, ese recurso vital para la sostenibilidad alimentaria de todos nosotros le ha sido arrebatada a los campesinos por la guerra, por el narcotráfico, por el modelo económico y por los terratenientes y ha impedido la generación de formas de producción de medianos y pequeños productores que generen un sustento para ellos y el resto de la sociedad. Después que la Iglesia fue la gran propietaria hasta mediados del siglo XIX, con las medidas de desamortización de bienes de manos muertas tomadas por los liberales radicales de la época (Tomas Cipriano de Mosquera), la tierra terminó pasando a manos de los militares y de quienes se lucraron con las once guerras de la segunda mitad del siglo XIX; ni que decir en el siglo XX, donde las normas de reforma agraria se han burlado del campesinado, porque los pocos avances que contemplaban se incumplieron o simplemente, porque se tradujeron sólo en esquemas de colonización y de expansión de la frontera agrícola que no tocaban la estructura de la propiedad; las nuevas zonas de colonización luego han entrado en conflicto con el narcotráfico y los intereses mineros; también hay que agregar el modelo económico expulsor de trabajadores del campo[1] y el surgimiento de la minería como motor de desarrollo[2]; ni siquiera la lucha guerrillera de las FARC ha logrado detener el proceso de concentración de la propiedad de la tierra. Así pues, estamos frente a un tema que no ha tenido solución y, por el contrario, la tierra está cada vez más concentrada.[3] En tiempos de paz, habrá que seguir discutiendo el tema y llegar a soluciones. Por ahora, el Gobierno ha decidido crear las Zonas de Desarrollo Empresarial (ZIDRES), un modelo agroindustrial que se encuentra muy lejos de las prioridades del campo colombiano y que atiende más a los intereses empresariales globales y demandas de consumo que se encuentran fuera de Colombia (como los biocombustibles).

Juan Manuel Santos - Raúl Castro - Timochenco
El segundo tema, revive el acuerdo de 1958, con el cual, se buscaba terminar la violencia que se llamó bipartidista entre liberales y conservadores iniciada en 1945. Ese acuerdo fue un pacto entre las élites, por arriba, y en lugar de abrir la participación política, la cerró para todos los colombianos (con otros 220 mil muertos) con el Pacto de Sitges y la creación del Frente Nacional. Este acuerdo político, le cerró la puerta al populismo en Colombia (al posible populismo de Gaitán y al populismo de Gustavo Rojas Pinilla) y creó una bisagra que cubrió el periodo de 1958 hasta el Gobierno liberal de Virgilio Barco (1986-1990). La bisagra, claro está, le costó al país la guerra civil prolongada[4] que ahora se está intentando cerrar con este último acuerdo. Tuvo que llegar el acuerdo político de 1990, la nueva Constitución Política, producto de las negociaciones de paz con el M-19, para que las élites reconocieran que en Colombia existen otras fuerzas políticas que también tienen derecho a ejercer el poder.
Jorge Eliecer Gaitán
Será necesario que las élites de hoy y las venideras, entiendan que, sin la democratización de la tierra y la política, el país seguirá de guerra en guerra, alimentando odios, causando muertes, arrastrando la pobreza crónica. ¿será ese el país que las futuras generaciones quieren? Las naciones líderes en el mundo, han hecho revoluciones (Francia, Estados Unidos, México, Cuba, China), o sus élites han abierto las compuertas a la competencia política (Inglaterra, Japón), o sus pueblos le han dado vía al populismo (el cual entiendo en su forma más positiva) como Brasil, Argentina, Perú, Bolivia, México, entre otros. ¿Hacia dónde vamos nosotros? ¿Seguirán las élites pensando que con acuerdos pequeños, ellas continuaran en el poder sin ceder un milímetro?¿Qué es para ellas, La Habana? ¿una forma de renovar su imagen ante el pueblo que gobiernan a sus anchas o una concesión aristocrática para luego continuar haciendo de las suyas con el mismo modelo económico excluyente, anti-campesino, impopular, expulsor de mano de obra? Estas y otras preguntas son las que deben ser resueltas en este acuerdo político, en la historia de los pueblos no sucede como el dicho popular, "no hay mal que dure cien años", pues en nuestro caso, ya vamos para doscientos y algunos en esta sociedad pensaran, en la intimidad de sus clubes, que ya qu el modelo les ha funcionado tan bien, que más da otros doscientos años¡¡¡¡





[1] Uribe, Mauricio (2013), La Nación Vetada. Estado, desarrollo y guerra civil en Colombia (1 edn.; Bogotá, D.C: Universidad Externado de Colombia) 344.
[2] Presidencia de la República (2015) Plan de desarrollo, Prosperidad para Todos.
[3] PNUD (2011), 'Tierra y conflicto', in PNUD (ed.), Informe de Desarrollo Humano. Colombia rural. Razones para la esperanza (Bogotá, D.C: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), 177-300.
[4] Uribe, Op. Cit.,

sábado, 25 de junio de 2016

El fin de la Guerra Civil permanente



Tras la firma del acuerdo de cese el fuego bilateral y definitivo entre el Gobierno de Colombia y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el día 23 de junio de 2016, el libro del profesor Mauricio Uribe López (2013), La Nación vetada: Estado, desarrollo y guerra civil en Colombia, se convierte en un escrito de referencia para aquellos interesados en conocer una de las interpretaciones más sugestivas acerca de los orígenes del conflicto armado en Colombia y su desarrollo hasta el presente.

El intento de interpretación en la Nación Vetada, nos recuerda las Grandes estructuras, procesos amplios, comparaciones enormes de Tilly (1991), porque cuenta que el siglo XX colombiano tuvo dos grandes guerras: La Violencia (1946-1964) y la iniciada en 1964 y que afortunadamente, el proceso de dialogo en La Habana ha llevado al inicio de su fin ahora en 2016. Así pues, el libro plantea la pregunta por la persistencia de un conflicto tan largo (52 años), ¿por qué la guerra civil es recurrente?, o ¿cuál es el orden que ha estructurado la élite gobernante? La respuesta de Mauricio, es que después de esa primera coyuntura crítica, como los bombardeos de 1964, vino otra que

miércoles, 22 de junio de 2016

Colombia: La paz si es posible



En esta ocasión quiero compartir el vídeo de la historiadora Diana Uribe que presenta unas reflexiones sobre el proceso de paz, a propósito de la firma del Acuerdo del fin del conflicto, el objetivo es pedagógico e ilustrativo para que le digamos sí a la paz. Nosotros los colombianos no podemos seguir viviendo en el mismo país que nos heredaron nuestros padres y abuelos, necesitamos tomar la decisión de dar un salto adelante, para que por fin discutamos y solucionemos los problemas que nos aquejan como la reforma agraria, la educación para todos, la vivienda digna, acabar con la violación a los derechos humanos, pensar en un proyecto de país, un país que tenga un lugar en el mundo. Las conversaciones de La Habana han sido el mayor logro, no lo dejemos perder...



Páginas relacionadas sobre los acuerdos:




sábado, 18 de junio de 2016

Labio de Liebre: Más que un aporte a la reconciliación


Una vez más el teatro hace de las suyas, nos conmueve, nos abraza, estrecha nuestro corazón para luego lanzarnos al precipicio de la verdad. Se trata de la obra, Labio de Liebre, escrita, dirigida y actuada por Fabio Rubiano y todo el grupo de actores del Teatro Petra. Sin sentir compasión por el espectador, lentamente nos va llevando de la mano, iniciando con una escena casi bucólica: una casa de campo con nieve, un hombre que ve televisión y otro que llega a que el ocupante de la casa le firme un formulario de ayuda para su operación de labio leporino; pero muy pronto, nos damos cuenta que el habitante, es un paramilitar, Salvo Costello, que ha recibido casa por cárcel en un "país blanco" donde hablan Alemán, o al menos eso parece. Este último vocifera que sólo se puede comunicar en inglés, al tiempo que siente satisfacción  porque sólo es una condena por tres años, después de los cuales, podrá regresar al paraíso (Colombia).

Poco a poco los miembros de una familia a la que ha asesinado impunemente, van entrando a la casa-cárcel, vienen del más allá, del mundo de los muertos. Han decidido regresar porque necesitan que su verdugo, haga memoria, recuerde sus nombres, sus vidas campesinas, la tierra en que vivían, la familia que tenían, los animales que con ellos vivían, las gallinas, las vacas, el perro trágicamente llamado "Completo". Están dispuestos a quedarse hasta que él recuerde sus nombres, lo retan a que él como verdugo, se ponga en los zapatos de las víctimas y así se va desarrollando una historia conocida por muchos de nosotros, los colombianos.

domingo, 12 de junio de 2016

China una sociedad de mercado pero no capitalista

Este es el tema del libro de Giovanni Arrighi, Adam Smith en Pekín. Es una obra para los tiempos que nos rondan, en que la globalización ha convertido todas las tierras al oriente de China en su zona de expansión. Arrighi desde una perspectiva marxista, nos cuenta como la sociedad China fue desarrollando en el curso de doscientos años, la vía natural hacia la opulencia, es decir, una ruta de evolución económica y social que bajo la conducción del Estado ha logrado posicionarse en la carrera por la expansión económica mundial.

En doce capítulos va mostrando como se ha ido configurando una sociedad que, aunque con una forma de crecer más lenta que las economías occidentales, ha ido con paso firme, hacia un estado de opulencia. Nos dice su autor: "La tesis central de este libro es que cuando se escriba desde esa larga perspectiva la historia de la segunda mitad del siglo XX, es probable que ningún tema parezca de mayor importancia que el resurgimiento económico de Asia oriental. La rebelión contra occidente generó las condiciones políticas para el aumento del poder social y económico de los pueblos del mundo no occidental. El resurgimiento económico de Asia oriental es la primera señal y la más clara de que ese aumento de poder ha comenzado."(p. 9). A lo largo,de la segunda mitad del siglo XX fueron surgiendo varios polos de crecimiento como Japón, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Malasia, Tailandia, para finalmente llegar a su centro más dinámico, China.

jueves, 9 de junio de 2016

Teatro La Candelaria, 50 años de existencia


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Felicitaciones para los 50 años del teatro La Candelaria. Una aventura fantástica que los Colombianos también nos merecemos y que bellamente nos han representado. Felicitaciones a su estilo, fundado en la creación colectiva, a su estudio permanente, y a su compromiso permanente con el arte.



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La CEPAL y su influencia en el pensamiento económico en Colombia, 1948-1970

E l  libro, El pensamiento económico en Colombia. Construcción de un saber 1958-1970, editado en Bogotá, por la editorial de la...